El misterio desafía a la comunidad de astrofísicos: ¿de dónde viene y quién la emite? ¿Es suficiente prueba de inteligencia extraterrestre?
Una misteriosa señal de radio proveniente del espacio profundo mantiene si dormir a la comunidad científica internacional. Detectada por primera vez por el radiotelescopio ASKAP en Australia, se repite cada 53,8 minutos, lo que lo convierte en el periodo más largo jamás registrado para un fenómeno de este tipo.
Esta periodicidad, junto con la forma de la señal, no encaja con los modelos astrofísicos conocidos, por lo que la comunidad científica se encuentra ante un nuevo desafío, un territorio inexplorado que pone en juego la comprensión actual del universo.
Según un estudio publicado por la revista especializada Nature Astronomy, el fenómeno proviene de una estrella de neutrones denominada ASKAP J1935+2148, ubicada a unos 15.820 años luz de la Tierra, y no se parece a nada que los astrónomos hayan visto antes.
Se cree que la intensidad del campo magnético alrededor de esa estrella es extremadamente fuerte, lo que podría explicar algunas de las características inusuales de la señal de radio recibida. De hecho, algunos investigadores sugieren que podría pertenecer a un tipo astro nunca antes visto, lo que abre un abanico de posibilidades, especialmente en lo que concierne a la presencia devida extraterrestre.
La posibilidad de que la señal tenga un origen inteligente mantiene expectante a la comunidad científica. Sin embargo, aunque esa opción fue mencionada por algunos investigadores, los expertos y astrofísicos mantienen cautela. Se necesitan más investigaciones y análisis para descartar definitivamente otras explicaciones naturales.
Lo que sí es cierto, es que el descubrimiento presenta una oportunidad única para avanzar en nuestra comprensión de las estrellas de neutrones, los campos magnéticos extremos y fenómenos espaciales poco conocidos. Científicos de todo el mundo observan y analizan la señal con radiotelescopios de última generación para recopilar más datos y desentrañar los misterios que la rodean.
“Esto podría hacernos reconsiderar nuestra comprensión de décadas sobre las estrellas de neutrones o enanas blancas, particularmente en cómo emiten ondas de radio y cómo son sus poblaciones dentro de nuestra galaxia”, señalaron los autores del estudio.