En el cierre de su agenda internacional de 2025, el presidente Javier Milei encabezó una reunión en la Casa Rosada con David Seymour, viceprimer ministro de Nueva Zelanda y referente del partido ultraliberal ACT. El encuentro no solo tuvo un carácter diplomático, sino que sirvió para ratificar una sintonía ideológica profunda basada en el recorte del gasto público, la eficiencia del Estado y la defensa de las libertades individuales.

Acompañado por el canciller Pablo Quirno, Milei recibió a Seymour en una jornada donde la iconografía política fue protagonista: ambos mandatarios posaron para las cámaras junto a una motosierra, el símbolo que el argentino popularizó durante su campaña para representar el ajuste estatal.

Puntos clave de la alianza ideológica

La relación entre Milei y Seymour trasciende el protocolo comercial y se asienta en tres pilares fundamentales que ambos dirigentes comparten:

• Reducción Drástica del Estado: Seymour ha propuesto en su país reducir la cantidad de ministerios de 41 a 20, argumentando que la estructura gubernamental está «inflada», una visión que se espeja directamente con la reforma ministerial ejecutada por Milei al asumir la presidencia.
• Crítica a las Restricciones Sanitarias: Ambos líderes fueron voces disidentes durante la pandemia de Covid-19, cuestionando duramente las políticas de confinamiento y las limitaciones a las libertades civiles impuestas por las administraciones anteriores en sus respectivos países.
• Reformas Económicas de Shock: El partido de Seymour, ACT, es una fuerza que promueve el libre mercado absoluto y la desregulación, principios que Milei busca consolidar en la economía argentina.

David Seymour: Un perfil «peculiar» en el poder

A sus 37 años, Seymour es una de las figuras más disruptivas de la política oceánica. Líder de una fuerza minoritaria que por primera vez integra una coalición de tres partidos en Nueva Zelanda, se define a sí mismo como alguien a quien «no le importa lo que piense la gente».

Su gestión en Nueva Zelanda no ha estado exenta de polémica, especialmente por su intención de redefinir el Tratado de Waitangi de 1840, lo que ha generado masivas protestas de la población indígena maorí. Sin embargo, su enfoque en la eficiencia del gasto y la responsabilidad fiscal lo han convertido en un aliado natural para el programa libertario argentino.

Hacia nuevos acuerdos comerciales

Más allá de lo simbólico, la reunión abre la puerta a una mayor integración comercial entre Argentina y Nueva Zelanda. Ambos países, con fuertes sectores agroindustriales, ven en esta cercanía ideológica una oportunidad para facilitar el intercambio de bienes y servicios, así como para colaborar en foros internacionales defendiendo posturas pro-mercado.

El encuentro concluyó con una señal clara hacia el exterior: la conformación de un eje de líderes que buscan desafiar el consenso de la socialdemocracia global mediante programas de ajuste radical y reformas estructurales.