Fue a través de un documento de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, integrado por laicos, dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina.
La Comisión Nacional de Justicia y Paz (CNJP), un organismo integrado principalmente por laicos pero dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina, hizo público un análisis de la situación social en el que manifiesta su preocupación por la pérdida de puestos de trabajo, la inflación, la baja del consumo y la pérdida del poder adquisitivo, entre otros temas, y pone el acento en “un enorme grado de insensibilidad social por parte de las autoridades en las medidas de ajuste, aunque más gravemente preocupa la cultura del odio y del individualismo extremo generado”. El obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, es asesor de la CNJP.
El texto, elaborado en base al diálogo con diferentes actores y sectores de todo el país “que dan cuenta de la multiplicación de situaciones que afectan la subsistencia de miles de personas de todas las edades y condiciones”, se conoce pocos días después de que la Comisión Permanente del Episcopado, encabezada por su presidente el obispo de San Isidro, Oscar Ojea, se entrevistara con Javier Milei. En esa ocasión los eclesiásticos transmitieron su preocupación por la situación social a partir de la información recogida también en el ámbito de la Comisión Permanente del Episcopado reunida en Buenos Aires en días previos.
En el documento conocido ahora, que incluye un panorama general de la situación social, se afirma que “el cuadro de destrucción de puestos de trabajo y beneficios congelados y de difícil acceso, genera un clima de tensión con los movimientos populares y con los gremios por las olas de despidos tanto en el sector público como privado”. Mientras tanto, se continúa diciendo, “los beneficios fiscales a favor de las grandes empresas siguen sin tocarse” y “se exhibe la disminución del déficit mediante el ajuste a trabajadores y los jubilados”.
“Se advierte un clima de altísima fractura social, la polarización con reiteradas expresiones de ‘alegría’ en las redes sociales frente a dramáticas situaciones de despidos, con una agresividad social que encuentra en los dispositivos móviles y ordenadores un espacio de ampliación sin igual”, expresa el documento eclesial.