De perfil conservador, el exdiputado neuquino del PRO Francisco Sánchez sería el encargado de establecer los vínculos institucionales con los credos.

La designación del exdiputado neuquino del PRO, Francisco Sánchez, como secretario de Culto en el gobierno de Javier Milei, ha generado malestar en la Iglesia Católica y la comunidad judía. La elección de Sánchez, conocido por su perfil conservador y críticas al Papa Francisco, ha encendido luces de alarma en el ámbito religioso.

El exdiputado, quien fue vocal sobre cuestionamientos antisemitas al sionismo y celebró eventos históricos desde una perspectiva religiosa, ha causado preocupación en la Iglesia Católica, especialmente en un momento en que Milei busca mejorar su relación con el Papa Francisco. Este último ha sido invitado formalmente por el presidente a visitar el país y se ha expresado en términos elogiosos hacia la canonización de Mama Antula.

La designación de Sánchez como secretario de Culto se produce en un contexto en el que Milei ha buscado acercarse al Papa y ha expresado su deseo de sostener una audiencia con él durante su visita al Vaticano. La crítica pública de Sánchez al sumo pontífice el año pasado ha causado incomodidad en la Iglesia Católica.

Además de sus posturas controversiales, Sánchez ha propuesto medidas polémicas, como la pena de muerte para los corruptos, y ha realizado comentarios ofensivos hacia judíos y musulmanes en redes sociales.

Esta designación se suma a las tensiones ya existentes entre el gobierno de Milei y diversos sectores de la sociedad. Resta aún la designación del embajador en el Vaticano, un puesto clave para las relaciones diplomáticas con la Santa Sede y el Papa Francisco.