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Una joven fue interceptada por su expareja a la salida de un baile. El hombre la obligó a irse con él para evitar más violencia. La retuvo en su casa durante horas.
Un hombre de 36 años fue imputado por diversos delitos luego de que su expareja lo denunciara por agresiones físicas, amenazas con un cuchillo y privación ilegítima de la libertad. El episodio ocurrió en Rosario de Lerma, tras un encuentro a la salida de una carpa bailable.
El fiscal penal Daniel Alejandro Escalante lo acusó formalmente por los delitos de lesiones leves, privación ilegítima de la libertad agravada, y lesiones leves doblemente agravadas por la relación previa y por mediar violencia de género, todo en concurso real.
La investigación comenzó luego de que la víctima y dos amigos presentaran denuncias el 3 de mayo. Según consta en la causa, la joven había terminado una relación de cinco meses con el acusado en noviembre de 2024. Desde entonces, él habría intentado retomar el vínculo en varias oportunidades, sin éxito.
De acuerdo con la denuncia, en la madrugada del 2 de mayo, la mujer salía de un baile junto a dos amigos cuando el acusado la interceptó. En ese momento, habría agredido a uno de sus acompañantes. Para evitar que la situación empeorara, la joven accedió a retirarse con él.
Ya en la vivienda del acusado, ubicada en barrio San Martín, la mujer aseguró que fue retenida contra su voluntad. Declaró que intentó irse varias veces, pero él la amenazaba con un cuchillo, pasándolo por su cara y cuerpo sin llegar a herirla con el arma. También dijo haber recibido golpes de puño, forcejeos y una mordedura en el brazo, lesiones que fueron confirmadas por un profesional de la salud.
La joven indicó que familiares del acusado intentaron intervenir, pero la violencia continuó. Recién al día siguiente, al oír la presencia policial en el domicilio, logró salir del lugar y fue trasladada a una comisaría donde radicó la denuncia.
Uno de sus amigos también denunció que fue agredido por el hombre, y presentó lesiones visibles: hematomas en los párpados, contusión ocular, desviación nasal y heridas en el labio superior.
A la causa se sumaron testimonios de testigos que habrían presenciado los hechos y la denuncia del segundo amigo que acompañaba a la víctima esa noche. La investigación continúa en curso.