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El presidente de la Comisión Episcopal de Educación destacó la vocación docente y la importancia de la educación como acto de esperanza. El arzobispo Vicente Bokalic lo hizo llegar a los maestros santiagueños.
Con motivo del Día del Maestro, monseñor Jorge González, obispo auxiliar de La Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Educación de la Conferencia Episcopal Argentina, dirigió un mensaje de saludo y gratitud a todos los educadores del país. El mismo fue compartido en Santiago del Estero por el arzobispo Vicente Bokalic como gesto de reconocimiento a los docentes de la provincia.
En su mensaje, monseñor González subrayó la nobleza de la vocación docente y su rol en la construcción de un futuro más humano. “Ser educador es mucho más que impartir una clase o seguir un programa de estudios; es un acto de amor y de esperanza que tiene el poder de transformar el mundo”, afirmó, citando también al papa Francisco, quien definió a la educación como “un acto de esperanza que invita a la coparticipación y a la transformación”.
El obispo recordó a Domingo Faustino Sarmiento y su convicción de que “todos los problemas son problemas de educación”, al tiempo que reconoció las dificultades actuales de la labor docente, como la sobrecarga laboral, los bajos salarios, la violencia en las aulas y la falta de reconocimiento social.
Pese a estas adversidades, animó a los maestros a continuar firmes en su misión, sembrando “semillas de esperanza, paz, justicia, belleza, verdad, bondad y fraternidad”. También destacó que la grandeza del trabajo educativo se manifiesta en la integración de los tres lenguajes fundamentales: “la cabeza, para el intelecto; el corazón, para la empatía; y las manos, para la acción”.
Finalmente, encomendó a los docentes a la Virgen María, Madre y Educadora, y concluyó con un afectuoso saludo: “¡Feliz Día del Maestro!”.