Mientras que en el pasado las especialidades se centraban en órganos o sistemas específicos, actualmente existe una creciente demanda de profesionales con una visión más holística de la salud. Impulsadas por el aumento de enfermedades metabólicas y cardíacas, hoy la cardiología y la endocrinología lideran la demanda de los pacientes.
Cada 3 de diciembre, se celebra en Argentina el Día del Médico en honor al Dr. Carlos Juan Finlay, un destacado científico que contribuyó de forma significativa a la medicina y la salud pública del país. Esta noble profesión, una de las más antiguas de la humanidad, ha experimentado una transformación radical desde sus orígenes en prácticas ancestrales y místicas hasta los médicos altamente especializados de hoy.
La evolución de la profesión médica ha sido impulsada por avances científicos, tecnológicos y sociales. Iniciando los primeros registros escritos en Mesopotamia, pasando por las contribuciones de figuras como Hipócrates, hasta la era de la medicina basada en evidencia, la práctica médica ha progresado constantemente para adaptarse a las necesidades cambiantes de la sociedad.
”Mientras que en el pasado las especialidades se centraban en órganos o sistemas específicos, hoy en día existe una creciente demanda de profesionales con una visión más holística de la salud. Especialidades como la cardiología y endocrinología, impulsadas por el aumento de enfermedades metabólicas y cardíacas, lideran la demanda. Dermatología y salud mental también han ganado protagonismo, destacando la relación entre afecciones físicas y emocionales. Además, las pandemias recientes, como la del COVID-19, han puesto en primer plano especialidades como la infectología, evidenciando la necesidad de adaptarse constantemente a las nuevas realidades de la salud pública.” explicó Gabriela Morales, Medico Generalista, MP 8117 de Boreal Salud.
Por otro lado, la formación médica también ha experimentado una transformación profunda. Actualmente la profesión combina una sólida base científica con habilidades tecnológicas avanzadas. Las herramientas digitales permiten acceder a investigaciones, realizar diagnósticos precisos y ofrecer tratamientos personalizados.
El médico moderno debe desarrollar competencias en comunicación, trabajo interdisciplinario y adaptabilidad, aspectos fundamentales para enfrentar los retos del siglo XXI. La actualización constante es indispensable en un campo que avanza rápidamente, y los futuros profesionales deben estar preparados para integrar la tecnología sin perder el enfoque humano que caracteriza a la medicina.
“Cabe resaltar que, pese a los avances tecnológicos, la medicina tradicional sigue siendo relevante en muchas comunidades, especialmente en áreas rurales. Prácticas como el uso de hierbas o remedios caseros, aunque en algunos casos obsoletas, conservan un valor cultural y educativo. El médico, en este contexto, actúa como educador, ayudando a las personas a distinguir entre prácticas beneficiosas y aquellas que pueden ser perjudiciales. Este legado de la medicina tradicional subraya la importancia de mantener una visión holística y humanista en la atención, recordando que la escucha activa y la empatía son tan esenciales como cualquier tratamiento.” agregaron desde Boreal Salud.
El futuro de la medicina es prometedor, pero también presenta desafíos. Las enfermedades metabólicas, el envejecimiento de la población y la aparición de nuevas patologías infecciosas demandan soluciones innovadoras y rápidas. Por otro lado, el cambio de hábitos y la promoción de estilos de vida saludables serán cruciales para prevenir enfermedades crónicas. Mientras que, la tecnología, como la inteligencia artificial y la telemedicina, promete transformar aún más el sector, pero también plantea la necesidad de mantener un equilibrio entre la eficiencia técnica y la cercanía humana.
La medicina del futuro será un puente entre la tradición y la innovación, siempre enfocada en mejorar la calidad de vida de las personas.