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Un papel en Los Simuladores es recordado hasta el día de hoy. Comenzó este camino 50 años atrás, en teatro.
El mundo del espectáculo despidió a José Andrada, actor cuyo nombre real era José Manuel Andrada Márquez, nacido el 20 de julio de 1938 en Buenos Aires. La noticia del deceso, informada por la Asociación Argentina de Actores y Actrices, conmocionó a toda la comunidad artística: la voz de un referente de la actuación se apagó, pero su huella resulta imposible de soslayar.
Cincuenta años atrás, en la década de 1970, el intérprete había hecho su debut sobre las tablas. El teatro independiente lo vio crecer, transformarse y entregar actuaciones que desbordaron honestidad y entrega. Obras como “La batalla de José Luna” y “Lejos de aquí” figuran entre los títulos que marcaron su camino. ¿Cuántos sueños e ilusiones se tejieron detrás del telón? ¿Cuántos aplausos anónimos le brindaron calor en el frío de las funciones nocturnas?
La televisión tampoco le fue esquiva. El público masivo lo conoció por su paso por novelas memorables: Ricos y famosos, Campeones de la vida, Padre Coraje, Son amores, Costumbres argentinas, Soy gitano, Primicias, 22, el loco, Sos mi vida. Pero fue su participación en Los simuladores lo que selló su lugar definitivo en la memoria popular. En una escena a dúo con Martín Seefeld, y en la piel de un empresario mexicano, pronunció la línea que muchos todavía repiten: “¿No hay un piquito para mí?”. Esas palabras cruzaron pantallas, cenas familiares y hasta reuniones de amigos: se convirtieron en guiño y complicidad. ¿Existirá mejor síntesis del alcance de un intérprete?
Hace un tiempo, Federico D’Elía reveló al público un detalle tras bambalinas que arroja nueva luz sobre ese momento icónico. Año 2002. El Chavo del Ocho todavía dominaba audiencias en toda Latinoamérica y la producción de Los Simuladores se planteó lo que podría haber sido el crossover más celebrado de la televisión: la aparición del Profesor Jirafales y Ñoño, dos personajes entrañables para el público. “Aprovecho para colar una anécdota”, escribió D’Elía en Twitter, al abrir la puerta a una oportunidad perdida. “Para los personajes de los mexicanos intentamos que sean el Profesor Jirafales y el Ñoño del Chavo, nos pedían un montón de plata y terminamos con Cabral haciendo un casting en un bar y ahí apareció el actor de ‘hay un piquito’”, recordó el actor y productor.