Este paso forma parte de un proyecto más amplio que incluye la privatización total de Energía Argentina (Enarsa), una de las cuatro empresas habilitadas para este proceso según la Ley Bases.
El Gobierno nacional ha anunciado un plan para privatizar parte del sector energético argentino, comenzando con la venta del paquete accionario estatal en Transener, la mayor transportadora de alta tensión del país. Este paso forma parte de un proyecto más amplio que incluye la privatización total de Energía Argentina (Enarsa), una de las cuatro empresas habilitadas para este proceso según la Ley Bases.
Enarsa y sus activos estratégicos
Enarsa, controlada en un 97,94% por el Estado, gestiona al menos diez unidades de negocio relacionadas con el gas y la energía eléctrica. Entre sus activos más relevantes se encuentran:
Gasoducto a Vaca Muerta: Una obra que permitirá inyectar 21 millones de metros cúbicos de gas al sistema y cuyo control operativo pertenece a Transportadora Gas del Sur.
Termoeléctricas San Martín y Manuel Belgrano: Enarsa posee el 69% y el 65% de estas plantas generadoras, ubicadas en Santa Fe y Buenos Aires respectivamente.
Parques eólicos: Controla el 80% de Vientos de la Patagonia 1 (Chubut) y una participación menor en el parque Arauco (La Rioja).
Represas de Santa Cruz: Obras paralizadas desde hace un año, a la espera de acuerdos entre Argentina y China.
Además, la estatal supervisa otros proyectos como la reversión del gasoducto del Norte, que busca exportar gas a Brasil vía Bolivia, y maneja la exploración y explotación de pozos petroleros y de gas en la Patagonia a través de Enarsa Patagonia.
El desafío del déficit y la justificación oficial
Enarsa cerró 2023 con un déficit operativo de más de $710.000 millones, causado principalmente por la compra de gas natural licuado (GNL) para cubrir la demanda invernal. Desde el Gobierno, se argumenta que los inversores privados son quienes deben liderar la expansión del sistema energético, considerado deficitario en su forma actual.
“La empresa estaba en la lista para privatizar desde la Ley Bases, y para hacerlo, primero tenés que empezar a desprenderte de los negocios”, explicó la secretaria de Energía, María Tettamanti, durante un reciente anuncio.
Impacto y polémicas
La privatización ha generado un intenso debate sobre el control estatal en sectores estratégicos. Mientras algunos defienden la medida como una solución a los problemas financieros y operativos, otros alertan sobre la pérdida de soberanía energética y el posible aumento de costos para los consumidores.
El caso de Transener es solo el comienzo. El plan incluye también la venta de participaciones en empresas como Transba, encargada del transporte eléctrico en Buenos Aires, y Enarsa Servicios, responsable del diseño y construcción del gasoducto a Vaca Muerta.
Un cambio de enfoque
Enarsa fue creada en 2004 para garantizar la presencia estatal en el sector energético. A lo largo de los años, su rol ha fluctuado según las políticas de los distintos gobiernos. Bajo la gestión actual, se prioriza el traspaso de estos activos a manos privadas, marcando un cambio significativo en la estrategia energética del país.
El proceso de privatización será seguido de cerca por analistas, políticos y actores del sector energético, dado su impacto potencial en la economía y en la capacidad del país para gestionar recursos estratégicos.