En reemplazo, se introdujo un sistema de hipotecas divisibles, diseñado para flexibilizar el mercado inmobiliario y promover la inversión privada.
Este miércoles, el Gobierno argentino oficializó la disolución del fondo fiduciario que sustentaba el Programa Procrear, iniciativa que desde 2012 había facilitado el acceso a la vivienda a miles de familias mediante créditos blandos. En reemplazo, se introdujo un sistema de hipotecas divisibles, diseñado para flexibilizar el mercado inmobiliario y promover la inversión privada.
La medida fue confirmada a través de los decretos 1017/2024 y 1018/2024, publicados en el Boletín Oficial. Según el decreto de disolución, el Ministerio de Economía, dirigido por Luis Caputo, tendrá la responsabilidad de liquidar los activos del fondo, administrar los bienes involucrados y regularizar la situación de los inmuebles. Además, se especificó que las obligaciones pendientes se cancelarán con fondos de la cobranza de créditos o con la venta de propiedades relacionadas.
El Procrear fue lanzado en 2012 durante el mandato de Cristina Kirchner y abarcaba varias líneas de financiamiento, como Desarrollo Urbanístico, que otorgaba créditos para viviendas en complejos construidos en terrenos urbanísticos, y Lotes para la Construcción, que ofrecía créditos a tasa cero con plazos de hasta 30 años. Hasta 2023, el programa había permitido la construcción de 185 mil viviendas entre créditos individuales y desarrollos urbanísticos, beneficiando a miles de familias.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, había anticipado el cambio en el enfoque del Gobierno de Javier Milei, que apunta a una política de vivienda centrada en la iniciativa privada. La decisión de cerrar el Procrear fue recibida con críticas, especialmente por el impacto social y económico que el programa había tenido en el acceso a la vivienda y el desarrollo de comunidades locales.
Hipotecas divisibles: nueva apuesta para el mercado inmobiliario
En paralelo al cierre del Procrear, el Gobierno lanzó un sistema de «hipotecas divisibles», que permite que una propiedad hipotecada pueda subdividir su deuda en partes, lo que facilita la venta de unidades dentro de proyectos de construcción sin necesidad de liquidar la deuda total. Esta medida busca dinamizar el mercado inmobiliario y hacer más accesible la adquisición de unidades individuales en grandes desarrollos, al permitir que cada unidad tenga su propia porción de hipoteca. Esto facilitaría, según el decreto, la reactivación económica y el acceso a la vivienda bajo una modalidad de financiamiento privado.
El cambio, aseguran en el Gobierno, se orienta a generar inversión privada en el sector habitacional y a promover el desarrollo de proyectos inmobiliarios mediante esta herramienta de financiamiento. El impacto de esta transición en el acceso a la vivienda para sectores medios y bajos está por verse, ya que el Procrear no solo facilitaba la compra de vivienda, sino que también promovía el arraigo en comunidades y la creación de empleo en la construcción y servicios asociados.
Reacciones y críticas al cierre del Procrear
El exsecretario de Desarrollo Territorial, Luciano Scatolini, defendió el programa y subrayó su importancia en el contexto actual: “El Procrear no sólo daba respuestas a la necesidad de acceso a la vivienda, sino que generaba empleo, inclusión y dinamismo en comunidades donde es esencial arraigar a la población.” La medida de cierre también despertó preocupación entre quienes destacaban los beneficios económicos y sociales de este programa estatal.
Con el nuevo sistema de hipotecas divisibles, el Gobierno apuesta por una reconfiguración del acceso a la vivienda, planteando un modelo que prioriza el financiamiento privado sobre el apoyo estatal directo.