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Enfrentaba vencimientos de deuda en pesos por 4 billones. Los bonos atados al dólar fueron los más demandados, porque el mercado espera una devaluación.
Economía salió este miércoles a renovar otra montaña de vencimientos de deuda en pesos y apenas consiguió la mitad del objetivo. Vencieron casi 4 billones de pesos entre Lecap y letras ajustadas, y el equipo económico aspiraba a refinanciar todo sin despeinarse, apoyado en el supuesto aire que llegó desde Washington con el apoyo de Scott Bessent.
La realidad fue menos épica: solo logró retener cerca del 50% y a costa de ceder cobertura contra devaluación, lo que expone un síntoma inquietante. El mercado ya no quiere pesos, solo demanda instrumentos que ajustan con el tipo de cambio.
La licitación incluía una canasta de títulos: Lecap cortas con tasas efectivas reales negativas, una letra dual que ajusta por inflación o dólar oficial (la favorita del mercado) y un bono dólar linked que promete devolver en pesos pero con paridad atada al tipo de cambio mayorista.
Mientras las Lecap apenas reunieron interés marginal, los papeles con escudo cambiario absorbieron la mayor parte de las ofertas. Un mensaje claro: si no hay cobertura contra una eventual devaluación después de las elecciones, no hay rollover.
Las tasas contaron una historia aún más cruda. Las LECAP con vencimiento a 90 días terminaron validando una TNA cercana al 60%, muy por encima de lo que el mercado secundario venía operando, y aun así no sedujeron. En cambio, la letra dólar linked se adjudicó casi completa, con una tasa implícita que asume un salto cambiario hacia los $1.800 por dólar.
El mercado ya descontó una devaluación y pone un piso de $1.800 al oficial.
«El mercado ya descontó una devaluación y pone un piso de $1.800 al oficial», apuntó a LPO un oporador bursatil. «Peor trompada no pudo haber recibido Quirno», completó.
El Gobierno confiaba en que el guiño de Bessent y la señal de financiamiento por USD 40.000 millones enfriarían expectativas y permitirían anclar las licitaciones. Pero lo que mostró la plaza fue exactamente lo contrario.
La señal que deja esta licitación es doble. Primero, que el margen de maniobra del Tesoro para seguir financiándose en pesos se achica. Segundo, que el famoso «¿con qué pesos?» que lanzó Quirno volvió como boomerang.

El dato más inquietante quedó flotando al final de la rueda: lo que no se renovó quedó líquido. Son pesos sueltos, calientes, mordiendo la puerta del dólar financiero.
En los pasillos del mercado, algunos operadores fueron más lejos y vincularon el resultado con la maniobra geopolítica de la semana. «El anuncio de Bessent no es un blindaje para estabilizar, es abrir una ventana para que salgan sus fondos amigos y no pierdan tanto. Si te dejan salir a $1.400 es un golazo de chilena a los 95 minutos del segundo tiempo», dijo uno de ellos a LPO.
Algo de esto reconoció el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, que describió la actual «fase de cobertura previa a las elecciones» como una situación financiera «muy extrema». Bausili dijo que esperan que esa situación se revierta tras los comicios legislativos del 26 de octubre.
«Hemos calculado que la demanda de cobertura en los últimos 3 meses equivale a más de 40 puntos porcentuales de M2, que es la circulación monetaria», reveló Bausili durante su exposición en el Atlantic Council.
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