El organismo financiero coincidió con los argumentos de Massa y ayudó a la Argentina rebajando los objetivos a 7.800 millones de dólares.
Amplia victoria para Massa: tras recibir sus argumentos y el visto bueno de Biden, el FMI otorgó una reducción de metas de 2 mil millones de dólares a Argentina. El organismo anunció que el objetivo de reservas para 2023 será de 7.800 millones de dólares, reconociendo el impacto económico de la guerra y la sequía en nuestro país.
El anuncio de la concesión fue parte de la aprobación de las metas del último trimestre de 2022 que se conocerán este lunes. El texto habla de una aceptación «excepcional», lo que parece reconocer la molestia que la última medida de moratoria previsional causó en el Fondo. Sin embargo, también se avala el canje de bonos y se mantiene la presión sobre el frente fiscal.
El FMI no aceptó modificar en nada la exigente meta de reducir el déficit al 1,9% del PBI este año y en consecuencia, pidió acelerar la quita de subsidios a las tarifas energéticas, que desde mayo comenzaría a aplicarse a los sectores de mayores ingresos. Esto, junto con los distintos aumentos en otros segmentos de electricidad, gas, agua y transporte ya otorgados y los programados en algunos de dichos segmentos, implica para el FMI eliminar la «regresividad» del sistema actual. El fondo defiende estos ajustes bajo el argumento de que es una manera de terminar con una política en la que, supuestamente, «los más pobres subsidian a los más ricos».
El FMI también valoró el resultado de las distintas operaciones de conversión de la deuda en pesos, en especial la última que permitió extender a 2024 y 2025 los vencimientos previstos originalmente para abril-junio de 2023, desarmando así las «torres infranqueables» de vencimientos en ese período. Además, el Fondo confirmó su respaldo al dólar soja ampliado que Massa anunció desde Washington. Bajo el concepto de «promoción de exportación y resguardo de reservas», se respaldó la aplicación de un tipo de cambio diferencial por un período limitado para un conjunto de exportaciones primarias, incluida la soja y otros productos agrícolas, que tienen un impacto muy limitado en el mercado interno.
El informe del FMI también anuncia que este tipo de cambio se aplicará a una parte de las importaciones, incluidos los servicios de turismo y transporte. Además, se acordó empezar a «simplificar» el régimen cambiario actual, mediante la racionalización de los diversos impuestos que actualmente se cobran sobre las importaciones de bienes y servicios.
El FMI busca preservar del ajuste fiscal la inversión en planes sociales e infraestructura, en especial el gasoducto Néstor Kirchner, lo que permitiría expandir las exportaciones de gas de Vaca Muerta. Sin embargo, el gasto social sufrirá algún tipo de ajuste como el que ya está en marcha. El informe habla de continuar con el apoyo a los sectores más vulnerables, pero «con mayor especialización para que esa ayuda llegue a los que realmente la necesitan».