El expresidente se “quedó” con la mitad del futuro gabinete del libertario y le ofreció 15 millones de dólares para lo que resta de campaña y fiscalización.
Un puñado de dirigentes de Juntos se sorprendió con el Whatsapp de Mauricio Macri el martes por la noche, con el que los convocaba a una reunión en su casa de Acassuso sin abundar en detalles.
Al entrar al living de Macri, los invitados quedaron aturdidos. Sentados frente al expresidente y Patricia Bullrich estaban Javier Milei y su hermana Karina. Luis Petri entró después de los dirigentes del PRO y quedó pálido porque tampoco esperaba la presencia del candidato libertario y de su única persona de confianza.
Macri ya había acordado apoyar a Milei y le estaba armando el gabinete. El libertario se entregó pero puso paños fríos para los modos: pidió que el apoyo no se reflejara en fotos porque eso le detonaría aún más el discurso “anti casta”.
Macri aceptó, enumeró una serie de exigencias para el gabinete; pidió a Germán Garavano para Justicia. También pidió Seguridad para Bullrich, YPF para Javier Iguacel, la presidencia de la Cámara de Diputados para Ritondo y el manejo del transporte para Guillermo Dietrich.
La lista no terminó ahí: Macri también pidió incluir en el equipo económico a Luis “Toto” Caputo, Guido Sandleris y Federico Sturzenegger.
Además, pidió un lugar para Andrés Ibarra y el control de Salud, un área que estará bajo la órbita del Ministerio de Capital Humano a cargo de Sandra Petovello, que ya inició la coordinación de la reforma del gabinete con Juan Pablo Arenaza, jefe de campaña de Bullrich.