El mandatario rechazó formalmente los intentos de demorar el debate legislativo. Mientras tanto, el Gobierno mantiene conversaciones con gobernadores y aliados parlamentarios para asegurar la aprobación de su paquete de medidas.

El presidente de la Nación oficializó su rechazo a las normas que buscan dilatar el debate en el Congreso y dejó en claro que su administración no permitirá nuevas demoras en el tratamiento de las iniciativas impulsadas por el Ejecutivo. La postura fue comunicada este viernes desde Casa Rosada, en un contexto de alta tensión política y legislativa.

“Es momento de avanzar, no de poner trabas”, señalaron fuentes cercanas al mandatario, quien considera que hay sectores que intentan frenar el tratamiento parlamentario con fines puramente especulativos. La declaración llega justo cuando se espera una etapa clave en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo buscará sostener sus proyectos ante un escenario dividido.

En paralelo al rechazo a las maniobras dilatorias, el Gobierno sigue profundizando las negociaciones con gobernadores provinciales y bloques aliados. El objetivo es asegurar el acompañamiento necesario para que las medidas económicas, fiscales y de reorganización del Estado no queden estancadas.

Desde el entorno presidencial aseguran que el diálogo con sectores moderados y representantes provinciales es constante, y destacan la voluntad del Ejecutivo de construir consensos sin ceder el control de la agenda legislativa.

Aunque el debate en Diputados promete ser ajustado, en el oficialismo confían en que podrán sortear los obstáculos y avanzar con las reformas que consideran esenciales para estabilizar la economía y reforzar la gobernabilidad.