Javier Milei no firmaría con los mandatarios provinciales el decálogo de medidas que les propuso el 1ero de mayo y evalúa rubricarlo en forma simbólica «con la gente». Las idas y vueltas ante la incertidumbre legislativa.
El 25 de mayo, por más que para ese entonces es muy probable que no estén aprobadas ni la Ley Bases ni el paquete fiscal, Milei viajaría igual a Córdoba para encabezar un acto en el que, no firmaría el Pacto de Mayo con los gobernadores, sino «con la gente». La firma del decálogo por parte de los mandatarios provinciales, tal como dijo Milei en la apertura de sesiones ordinarias, sigue condicionada a que la Ley Bases sea aprobada y, según las fechas que hoy manejan desde la oposición, pero también del oficialismo, eso será prácticamente imposible de acá a diez días. Milei, sin embargo, haría el acto igual, sin los gobernadores, para mostrar cierta «comunión» con la población y mostrarse, una vez más, como la antítesis de «la casta» que, según el Presidente, es la que entorpece todos sus planes. Desde su entorno más íntimo aclaran que todavía «no está definido cómo se va a invitar a la gente a firmar».
El objetivo central del gobierno, y lo que más le importa al jefe de Estado en este momento es la aprobación de sus primeras dos leyes con las que pretende desregular la economía, quitar derechos laborales y permitir la extranjerización de la tierra, entre otras cuestiones. En ese sentido, para LLA el pacto está en un segundo plano. La fecha patria igual sería aprovechada por LLA para montar en Córdoba un nuevo show discursivo en el que el Presidente insistirá, otra vez, con sus criticas a los que no colaboran con su gobierno y «retrasan» el tratamiento de las leyes. Podría haber una firma «simbólica» del pacto, pero no con los gobernadores –si es que la ley todavía no fue aprobada para ese entonces, algo casi descartado– sino «con los ciudadanos».
En medio del escenario confuso en el que nadie sabe con total certeza qué hará el Presidente, varios gobernadores salieron a aclarar que ellos sí estaban dispuestos a participar del acto por el 25 de mayo. Ese fue el caso de Maximiliano Pullaro, de Santa Fe, que dijo: “Vamos a participar del Pacto de Mayo porque creemos en la importancia del diálogo y el debate”.
Más allá de confirmar su asistencia a un acto para el que los mandatarios provinciales no fueron invitados de manera formal, Pullaro habló de una idea que viene circulando entre un grupo de gobernadores –con Ignacio Torres, de Chubut, a la cabeza– que consiste en añadir puntos al decálogo de Milei. “Vamos a participar del diálogo y del debate del Pacto de Mayo, pero también, respecto a los diez puntos que plantea el presidente Milei, queremos agregar algunos como el fortalecimiento y el robustecimiento del sistema productivo de Argentina y el financiamiento del sistema educativo desde Nación”, dijo.
El gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, ante la consulta de si pondría a disposición su provincia en caso de que Milei decida suspender el acto del 25 y quisiera pasarlo para el 9 de julio, decía que, «por supuesto», que lo haría.
En Córdoba, mientras los rumores y las versiones crecen, están completamente desorientados y no saben qué va a pasar ni dónde será el evento. Dicen que está la provincia a disposición, pero que no tienen información sobre qué quiere hacer el mandatario, ni tampoco si va a estar invitado o no el gobernador Martín Llaryora. «Si es en el Cabildo se lo va a tener que pedir a (Daniel) Passerini (intendente de Córdoba que pertenece al PJ)«, deslizaban, perdidos, en la provincia. En el entorno del gobernador se preocupaban por aclarar que él también está dispuesto a ir.Más allá de las intenciones y de las declaraciones de todos ellos, pareciera que el plan del líder de la Libertad Avanza, es dejarlos afuera y mostrarse él solo frente a la ciudadanía. Tampoco irían expresidentes y otros sectores que se había dicho que participarían. Cerca de Milei aseguran que si no hay ley Bases aprobada los gobernadores no firmarán el pacto y, cuando son consultados por la participación de los mismos en el evento, y sobre sus deseos de asistir, responden irónicos: «Bueno, irán con la gente. Son bienvenidos».
«No es desesperante. Las reformas estructurales más temprano o más temprano las vamos a hacer». Dijo, efusivo y con una sonrisa en la cara, el Presidente Javier Milei este miércoles cuando le preguntaron sobre la firma del Pacto de Mayo. Lo hizo en la puerta de un hotel porteño antes de ingresar a exponer ante el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP). Allí defendió a capa y espada el ajuste que está llevando adelante su gobierno y dijo que los empresarios «son los que producen la riqueza».
Horas antes, el vocero presidencial Manuel Adorni había subrayado en su conferencia de prensa diaria que «el Pacto de Mayo es el 25 de mayo». La frase generó ruido porque el propio Milei había remarcado el día anterior que, si no se hacía en mayo porque aún no estaban aprobadas las leyes, el pacto podía celebrarse en junio o julio. Sin embargo, en su entorno evalúan que lo mejor es no suspender el evento, sino hacerlo igual y aprovechar para mostrar una vez más algo que es un estandarte del discurso presidencial: «el principio de revelación». Es decir, decirle a la población que todos los problemas que tienen son por culpa de «los manejos espurios» de la política tradicional.
Los que antes de no ser invitados dijeron que no asistirían al Pacto de Mayo son los secretarios generales de la CGT. Héctor Daer, ante la consulta sobre si iría, dijo irónico: «El 25 de mayo tenemos un locro en mi gremio. Están todos invitados». Pablo Moyano, en tanto, había indicado: «¿Para qué iría? ¿para discutir qué? si los tipos ya avanzaron o intentan avanzar sin consultarnos ni siquiera sobre la reforma laboral». «No sé si iría a sentarme para discutir o dialogar con estos personajes que se jactan cuando cierran Télam, cuando cierran organismos del Estado, o que se ríen cuando le cortan financiamiento a las universidades, o a los comedores. No te dan ganas de ir cuando ves que son unos provocadores. No vale la pena», finalizó.
Los diez puntos que Milei quería firmar con los gobernadores son: «La inviolabilidad de la propiedad privada; El equilibrio fiscal innegociable; La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno; Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio; La rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual; Un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país; Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal; Una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación; Una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados y la apertura al comercio internacional».