Aunque presentó resistencia opositora, la iniciativa para prohibir la conducción bajo la influencia del alcohol, por más ínfima que sea, obtuvo una amplia aprobación en el Senado nacional.

   

Este jueves se llevó a cabo la primera sesión del Senado de este año y resultó histórica: no solo por su concreción después del pasado escándalo en el que los legisladores de JxC abandonaron el recinto, sino porque se trataron temáticas y proyectos de ley que resultan definitivamente importantes para la sociedad.

Entre ellas se encuentra la Ley Lucio, que fue aprobada unánimemente horas atrás, y la Ley de Alcohol Cero al Volante, también aprobada en los últimos minutos.

Después de una previa en la que varios de los senadores expresaron su posición sobre este proyecto, la medida fue sancionada con 48 votos a favor, 9 en contra y ninguna abstención.

De esta manera, la Ley Alcohol Cero al Volante adopta formalmente el carácter de norma, al igual que la ley Lucio y la de reconocimiento al Lenguaje de Señas argentino, conformando una jornada histórica para la Cámara Baja y para el país en sí.

La contra de la oposición

Los 9 votos en contra provinieron de senadores de Juntos por el Cambio, algunos de los cuales argumentaron que la promoción de esta ley «afectaría» al sector vitivinícola, tal como quedó demostrado con las posturas de Alfredo Cornejo y Mariana Juri (UCR-JxC), y de los sanjuaninos Cristina López Valverde y Roberto Basualdo (PyT-JxC).

También votaron negativamente Alfredo de Angeli (Pro-JxC), Julio Martínez (UCR-JxC), Juan Carlos Romero (CF-JxC) y Dionisio Scarpin (UCR-JxC), estos dos últimos anticipando su voto en el debate previo.

Con respecto al oficialismo, solo hubo un senador que se pronunció en contra de la iniciativa. Se trata de Rubén Uñac, del FNyP, quien, al igual que Cornejo y compañía, sostuvo su elección en el «desmejoramiento» de la industria vitivinícola que conllevaría la ley de Alcohol Cero al Volante.