El incidente despertó una oleada de críticas en redes sociales, ya que Brasil permitió el ingreso del buque HMS Forth, afectado a la patrulla de Malvinas, para jugar al fútbol con su tripulación.
Una nueva visita de las fuerzas británicas a territorio brasileño terminó armando un escándalo en las redes sociales, y no es para menos: tocó una de las fibras más sensibles de la identidad argentina, que es la soberanía de Malvinas.
A pesar de la histórica disputa por las Islas entre el Reino Unido y nuestro país, el barco de la marina británica HMS Forth sigue recibiendo permisos para realizar visitas a Brasil. El buque, destinado desde 2020 al patrullaje del archipiélago, fue recientemente de visita al país vecino, donde su tripulación disputó un encuentro deportivo amistoso con sus homólogos brasileños, algo que se repite desde octubre del 2022, cuando el navío estuvo presente en ejercicios militares conjuntos con naves de distintas naciones.
«Recientemente, tuvimos la suerte de enfrentarnos a nuestros homólogos brasileños en un partido de fútbol. ¡Ambos equipos jugaron bien, pero la Marina Real se llevó la victoria esta vez! Esperamos con ansias nuestro próximo partido, ¡vamos Forth y conquiste!«, dice el texto de la publicación.
Sin embargo, el barco de la marina británica no pudo recibir autorización para participar de la Exponaval en Valparaíso, Chile, en noviembre del 2022, decisión que se tomó para evitar un conflicto diplomático con Argentina. En diálogo con el medio Infobae, el ex embajador argentino en Brasil, Juan Pablo Lohlé, explicó que “diplomáticamente, lo que sucede es que la Argentina acuerda restringir la movilidad de los barcos británicos mediante acuerdos de buena vecindad con los miembros del Mercosur, pero no es algo que esté legislado”.
Además, para el ex funcionario, esta situación “ocurre por la debilidad argentina que existe desde el punto de vista de la política internacional, que hace que las naciones vecinas digan una cosa y en la práctica hagan otra”.
A esto se suma la reciente rescisión del pacto «Foradori-Duncan», anunciada por el canciller Santiago Cafiero a su homólogo británico, James Cleverly, que elevó tensiones por la disputa territorial de Malvinas. Este pacto, firmado por un funcionario de Macri, establecía un entendimiento para la explotación de los recursos naturales en las Islas Malvinas para “promover el crecimiento económico”, beneficiando a los ingleses.
El fin del convenio supone un paso más en la dirección adecuada para la restitución de las Islas a nuestra Nación, y generó un evidente malestar entre las autoridades británicas, que se rehusaron al llamado de Cafiero —avalado por la ONU— de retomar las negociaciones en la sede de Nueva York.
Por FXFF