Además de ser una figura icónica del rugby neozelandés, dejó una marca imborrable en la historia de Los Pumas.

El rugby mundial está de luto. Desde Nueva Zelanda llega la triste noticia del fallecimiento de Alex Wyllie, quien murió ayer a la medianoche a los 80 años. Además de ser una figura icónica del rugby neozelandés, dejó una marca imborrable en la historia de Los Pumas.

Conocido por su rigor, disciplina y meticulosidad, Wyllie asumió el desafío de dirigir al seleccionado argentino en un momento crítico. En 1999, cuando Los Pumas quedaron sin entrenador pocos días antes del Mundial de Gales, el neozelandés aceptó el reto y logró lo impensado: llevó al equipo argentino a los cuartos de final por primera vez en su historia. Aquel plantel formó la base de lo que, años después, sería el equipo que conquistaría el bronce en 2007.

Como jugador, Wyllie fue un tercera línea batallador en Canterbury y llegó a disputar 11 test matches con los All Blacks. Tras su retiro, inició una exitosa carrera como entrenador. Fue asistente de Sir Brian Lochore en la histórica consagración de Nueva Zelanda en la Copa del Mundo de 1987, y luego asumió como head coach de los All Blacks, cargo que ocupó entre 1988 y 1991, culminando su etapa en el Mundial de Inglaterra.

Su legado, tanto en el rugby neozelandés como en el argentino, perdurará en la memoria de quienes compartieron su pasión por este deporte.