El sistema financiero argentino enfrenta uno de sus momentos más delicados de la última década. Según datos recientes, la morosidad total del sistema ha alcanzado un récord histórico del 7%, lo que ha encendido alarmas tanto en las entidades privadas como en los despachos oficiales.
Los Números de la Crisis
El promedio general del 7% oculta realidades muy distintas entre los sectores de la economía. El desglose revela una presión asfixiante sobre el consumo minorista:
- Personas Físicas: La irregularidad en los préstamos a individuos escaló al 10,1%, la cifra más alta en 10 años. Esto refleja de manera directa la pérdida de poder adquisitivo y la incapacidad de las familias para cumplir con sus compromisos bancarios.
- Empresas: En contraste, la morosidad corporativa es menor, ubicándose en un 5,6%.
- Bancos Afectados: Entidades de primera línea como Galicia, Santander, BBVA y Supervielle ya muestran en sus balances márgenes presionados y un aumento significativo en las previsiones por incobrabilidad.
La Estrategia del Banco Central: ¿Maquillaje Estadístico?
Ante este escenario, el Banco Central (BCRA) ha comenzado a evaluar un cambio en la metodología de medición de la mora. Actualmente, el índice se calcula como el ratio de la cartera improductiva (créditos con atrasos de 31, 90 o más de 90 días) sobre la cartera bruta total.
El objetivo de este «retoque» sería:
- Suavizar el indicador: Evitar que el número oficial refleje la magnitud real del deterioro.
- Ganar tiempo: Intentar contener las expectativas negativas y evitar una corrida de depósitos.
- Seguir el precedente del INDEC: Esta maniobra se compara con las revisiones recientes en la medición de la actividad económica para evitar declarar técnicamente una recesión, o la falta de actualización de la canasta del IPC.
El Riesgo del Descalce y las Reservas Negativas
La situación se vuelve crítica al observar el trasfondo macroeconómico. Argentina enfrenta vencimientos de deuda por 57.000 millones de dólares en los próximos 18 meses, en un contexto de reservas líquidas negativas.
- Rojo en Reservas: Según estimaciones de la consultora LCG, el déficit de reservas alcanza los 17.900 millones de dólares.
- Advertencia sobre Depósitos: Existe el temor de que parte de los depósitos privados se estén utilizando para sostener el esquema cambiario, lo que genera un «descalce de monedas» que, ante cualquier shock de desconfianza, podría precipitar una salida de fondos.
Conclusión
Aunque el BCRA logre modificar la fórmula matemática para que el índice de morosidad baje en los papeles, la realidad del sector financiero sigue atada a la capacidad de pago real de los ciudadanos. Como señalan referentes del sector, el maquillaje estadístico tiene límites cortos cuando los balances bancarios ya muestran signos evidentes de tensión y las ganancias se reducen por la necesidad de cubrir créditos que ya no se cobran.
