El pontífice hizo un firme llamado a la humanidad para construir una civilización basada en el respeto a la vida, en medio de las constantes guerras y violencia que afectan al mundo.
Durante la primera misa de 2025 en la basílica de San Pedro, el Papa Francisco brindó un emotivo mensaje de fin de año que llamó a proteger la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. En el marco de la solemnidad de María Santísima Madre de Dios y la Jornada Mundial por la Paz, el pontífice hizo un firme llamado a la humanidad para construir una civilización basada en el respeto a la vida, en medio de las constantes guerras y violencia que afectan al mundo.
El Papa expresó que «proteger la vida» y «cuidar de toda criatura nacida de una mujer» son principios fundamentales para edificar una paz duradera. Destacó la importancia de «cuidar de toda criatura, desde la vida en el vientre materno, hasta la vida de los niños, los pobres, los ancianos, los moribundos y aquellos que sufren». En su discurso, hizo énfasis en la necesidad de un «compromiso firme» para promover el respeto por la dignidad de la vida humana en todas sus formas, en particular en un contexto mundial donde la violencia y las injusticias siguen cobrando vidas.
«Es necesario aprender a cuidar, proteger y dignificar la vida, tal como lo hizo María con el don precioso de la vida», afirmó el Papa, invitando a todos los presentes a unirse a este llamado que brota del corazón materno de María. La protección de la vida, según Francisco, debe ser la base para construir una sociedad en la que predomine la paz y la justicia.
En este sentido, el Papa resaltó que la defensa de la vida, especialmente de aquellos más vulnerables, constituye una invitación universal que debe ser aceptada por todos, sin importar su posición o creencias. Subrayó que una sociedad que valora y respeta la vida en todas sus formas, especialmente en tiempos de adversidad, es un paso esencial hacia un futuro de esperanza y reconciliación.
Este mensaje de esperanza y compasión de parte del Papa Francisco se presenta como un recordatorio urgente de que la paz no solo debe ser un ideal, sino un esfuerzo compartido por cada ser humano, a través del respeto y la protección de la vida en todas sus etapas.