La asociación que agrupa a las terminales locales continúa planteándole al Gobierno cuáles son las complicaciones que están llevando a la producción a un estado crítico.
La industria automotriz está trabajando al límite en cuanto al abastecimiento de piezas e insumos para la producción por las restricciones para importar. Tanto las terminales como, especialmente, los autopartistas tienen serios problemas para seguir produciendo.
Las demoras en la aprobación de los permisos para importar – conocidos como SIRA – como las complicaciones para pagar a proveedores del exterior provocan cada día más inconvenientes en las fábricas.
En la práctica, esta situación provoca constantes paradas técnicas en las automotrices por retrasos en la entrega de materiales, cuando el faltante es de un insumo importante, o la necesidad de sacar de la línea de montaje vehículos que no están terminados, cuando el desabastecimiento es de una pieza menor.
Por este motivo, desde la asociación que agrupa a las terminales locales (ADEFA) vienen planteando al Gobierno las diferentes complicaciones que lleva a la producción en estado crítico.
En muchos casos, las automotrices tienen que intervenir ante funcionarios del área económica para destrabar alguna importación trabada de algunos de sus proveedores, con mercadería demorada en el puerto, para que pueda fabricar y entregar en tiempo y forma la autoparte que produce porque, de lo contrario, obligará a la fábrica a parar la producción de 0km.
Pese a estos reclamos, en las últimas semanas la situación se volvió más compleja y, ante la falta de respuestas, las automotrices apelaron a la gestión del sindicato SMATA para poder tener una respuesta oficial.
El secretario general del gremio mecánico, Ricardo Pignanelli, es una dirigente que tiene muy buena relación con en el Gobierno. Desde el inicio de la actual gestión kirchnerista mantuvo su apoyo al oficialismo, tanto con el presidente Alberto Fernández como con la vice Cristina Fernández de Kirchner.
Esa relación también se extiende al actual ministro de Economía, Sergio Massa. Tanto es así que el funcionario estuvo presente, en los últimos tiempos, en varios anuncios del sector automotor acompañado por Pignanelli.
A ese estrecho vínculo fue a lo que apostaron desde ADEFA para encontrar solución, a través del gremio, a los problemas urgentes que tiene hoy.
En ese contexto, el dirigente gremial intercedió en los últimos días para destrabar el problema que estaban teniendo los proveedores de las terminales que estaban obteniendo SIRAs pero sin fecha para estar habilitados los pagos al exterior a sus propios proveedores.
“Se estuvieron haciendo gestiones para que SMATA intercediera y aprovechar la buena llegada que tiene el gremio con Massa para que el gobierno entendiera la gravedad del tema por no poder pagar deudas en el exterior», confirmó a Ámbito una fuente del sector.
Desde ADEFA, difícilmente se reconozca, oficialmente, que se impulsó esa gestión porque mostraría la debilidad de las empresas para obtener respuestas del Ministerio de Economía, en medio de esta situación crítica.
Desde una de las terminales, dieron una explicación diplomática: “La preocupación es compartida porque a SMATA no lo conviene que se pare la producción. Fue una necesidad de ambas partes, la gestión que hizo el gremio. Se ofrecieron a colaborar porque tienen diálogo directo con los funcionarios de alto nivel”.
Al no tener un plazo cierto para que el Banco Central libere los dólares al cambio oficial para girar al exterior, los autopartistas locales no pueden garantizar a sus proveedores cuándo iban a poder pagar las compras realizadas.
Esto genera que las empresas de afuera comenzaran a poner trabas para enviar mercadería o, directamente, comunicar que se cortaban los envíos.
De esta manera, las terminales trabajaban con la amenaza permanente de estar al borde del desabastecimiento de los autopartistas.
La gestión sindical tuvo su resultado ya que, desde ayer, comenzaron a salir las SIRAs con fechas definidas de pago, lo que permitió comenzar a normalizar la situación y, desde hoy, el Banco Central le aseguró a las terminales que se regularizaban todos lo pagos.
De todas maneras, la fragilidad del abastecimiento sigue siendo alta y la planificación de producción se hace día a día.
(Ámbito)