En una emotiva ceremonia oficial, la Policía de Santiago del Estero condecoró al cabo Carlos Martín Bianchi, cuya pericia en maniobras de reanimación salvó la vida de Amancio, un bebé de apenas un mes.

Lo que parecía ser una jornada de guardia habitual en el barrio Santa Clara se transformó en una carrera contra el tiempo. El cabo Carlos Martín Bianchi se encontraba cumpliendo sus funciones en la garita policial cuando el grito desesperado de una madre rompió la rutina: su pequeño hijo, Amancio, no reaccionaba.

La intervención que lo cambió todo

Al recibir al lactante, Bianchi notó de inmediato la gravedad del cuadro: pulsaciones casi imperceptibles, respiración débil y una alarmante falta de respuesta a estímulos. Sin dudarlo, y haciendo uso de su formación profesional, el efectivo inició maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) específicas para neonatos.

Su temple permitió estabilizar al pequeño antes de que llegaran los servicios de emergencia. No conforme con el primer auxilio, el suboficial acompañó el traslado hacia el Centro Provincial de Salud Infantil (CEPSI), asegurándose de que el niño ingresara con signos vitales firmes para su tratamiento definitivo.

Un encuentro marcado por la gratitud

Días después del suceso, el Salón de Usos Múltiples de la Jefatura Central de Policía fue el escenario de un reencuentro conmovedor. Entre lágrimas y abrazos, la familia de Amancio pudo agradecer personalmente al hombre que evitó una tragedia.

La cúpula policial, encabezada por el Comisario General Lic. Laureano Francisco Silva y el Subjefe Walter Guillermo Gómez, entregó una placa recordatoria al cabo. Más allá del metal y el protocolo, el acto sirvió para reivindicar la vocación de servicio y la importancia de la capacitación constante en primeros auxilios dentro de la fuerza.

El valor de la preparación

«La rapidez y el profesionalismo del cabo Bianchi son el reflejo del compromiso que nuestra institución tiene con la comunidad», destacaron las autoridades durante el homenaje. Para la familia de Amancio, Bianchi no solo cumplió con su deber; se convirtió en el ángel guardián que permitió que su hijo hoy esté de regreso en casa.