A casi siete décadas de su partida, recordamos al hombre que transformó la medicina en un derecho social y sentó las bases del sistema sanitario moderno en nuestro país.
Este 20 de diciembre se cumplen 69 años del fallecimiento del Dr. Ramón Carrillo, una figura cuya estatura científica y humanística sigue siendo el faro de la salud pública en la República Argentina. Santiago del Estero lo vio nacer un 7 de marzo de 1906, pero su impacto trascendería las fronteras de su provincia natal para alcanzar cada rincón de la nación.
El primer Ministro de Salud
Bajo la primera presidencia de Juan Domingo Perón, se produjo un hito institucional: la creación del Ministerio de Salud de la Nación. Carrillo fue el elegido para liderar esta nueva cartera, convirtiéndose en el primer Ministro de Salud Pública del país. Su gestión no se limitó a la administración; fue una revolución conceptual.
«La salud es un derecho»
La visión de Carrillo rompió con los paradigmas de la época. Para él, los avances científicos carecían de valor si no estaban al servicio del pueblo. Su premisa fue clara: privilegiar lo social por sobre el lucro individual. Esta filosofía permitió implementar políticas públicas sin precedentes que atacaron las causas estructurales de las enfermedades.
Logros que transformaron la realidad
Durante su paso por el ministerio, Argentina fue testigo de resultados tangibles y esperanza renovada:
- Reducción de la mortalidad: Se lograron bajar notablemente los índices de mortalidad infantil y se combatió con éxito la tuberculosis.
- Erradicación de enfermedades: Lideró campañas masivas que prácticamente eliminaron el paludismo en el norte argentino.
- Infraestructura sanitaria: Bajo su mando, se inauguraron casi quinientos nuevos establecimientos sanitarios y hospitales, federalizando el acceso a la atención médica.
Un final en el exilio
Pese a su inmensa obra, el Dr. Carrillo falleció el 20 de diciembre de 1956 en Belém do Pará, Brasil, lejos de su patria y en condiciones de humildad. Sin embargo, el paso del tiempo ha puesto en valor su sacrificio y su entrega.
Hoy, a 69 años de aquel día, la figura de Ramón Carrillo se agiganta. Su legado no solo reside en los edificios hospitalarios que aún prestan servicio, sino en la convicción profunda de que «frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la angustia de los humildes, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas».