Bajo el lema “Señor de Mailín que nuestro caminar sea encuentro fraterno en tu santuario”. La Villa se vistió de fervor y devoción con la misa y la procesión en la fiesta chica.
Villa Mailín se vistió de fervor y devoción en honor a Nuestro Señor de los Milagros. Bajo el lema “Señor de Mailín, que nuestro caminar sea encuentro fraterno en tu santuario”, miles de creyentes se congregaron en un acto multitudinario de fe.
La jornada comenzó con la solemne misa oficiada por el padre Sergio Quinzio, quien emocionó a los presentes con sus palabras de aliento y esperanza.
La iglesia, rebosante de fieles de todas las provincias, resonó con cánticos y oraciones, creando un ambiente de profunda espiritualidad.
La venerada imagen de Nuestro Señor de los Milagros fue el centro de atención de la jornada.
Los creyentes depositaron ofrendas y plegarias a los pies de la imagen, buscando el consuelo y la protección divina.
Uno de los momentos más emotivos fue la procesión por las calles del pueblo. Con la imagen de Nuestro Señor de los Milagros en andas, los fieles recorrieron las calles de Mailín, cantando himnos religiosos y expresando su devoción de manera visible.
La fe en Nuestro Señor de los Milagros de Mailín sigue siendo una fuente de esperanza y consuelo para quienes creen en su poder.
El santuario se convierte así en un refugio espiritual donde los corazones afligidos encuentran la fortaleza para seguir adelante, confiando en que, a través de la fe y la devoción, los milagros son posibles.