La conducción de la CGT (Confederación General del Trabajo) ha acelerado la conformación de una mesa política con legisladores de extracción sindical y gobernadores afines para consolidar un bloque que se oponga a la reforma laboral impulsada por el Gobierno de Milei en el Congreso.
La central sindical ha manifestado su predisposición a discutir cambios en el régimen laboral con «propuestas concretas y productivas que favorezcan la creación de empleo formal», pero advierte que no aceptará ningún retroceso de derechos.
Estrategia y Rechazos Clave
La CGT está avanzando en una contrapropuesta propia para disputar la noción de «modernización» que plantea el Ejecutivo. Esta contrapropuesta se centra en:
- Regular nuevas actividades, como el trabajo en plataformas.
- Ordenar el impacto de la tecnología en el empleo.
- Promover una «transición justa» que garantice el empleo formal.
La central rechaza con énfasis los puntos clave de la supuesta iniciativa oficial, calificando las propuestas de «volver a la década infame» (según Hugo Yasky):
- Rechazo: Figuras de bancos de horas, jornadas laborales de 12 horas y salarios dinámicos.
- Defensa: Sostienen la defensa de los convenios colectivos actualizados en distintas ramas productivas.
Mesa Política y Advertencia
La cúpula renovada de la CGT impulsó una reunión con diputados de extracción sindical como Sergio Palazzo, Vanesa Siley, Hugo Yasky, Mario Manrique y Hugo Moyano hijo, para delinear una estrategia legislativa que no se limite únicamente al rechazo.
El armado político incluye contactos con gobernadores peronistas y sectores pymes. Ante la ausencia de una convocatoria formal del Gobierno para discutir el proyecto, la CGT advierte que «no se descartan medidas de fuerza».
