La Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FeArCA) ha ofrecido sus aviones y experiencia.

La lucha contra el dengue en Argentina ha tomado un giro innovador con la propuesta de utilizar la pulverización aérea como método de control. Con un brote sin precedentes que ha resultado en más de 180 mil casos y 129 muertes, la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FeArCA) ha ofrecido sus aviones y experiencia en pulverización aérea como una herramienta efectiva para combatir la propagación del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue.

La pulverización aérea no es una práctica nueva en el control de plagas y vectores de enfermedades, pero su aplicación en áreas urbanas para el control del dengue es una estrategia que está siendo considerada seriamente. Los productos utilizados en estas pulverizaciones están aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), asegurando su seguridad y eficacia.

Expertos internacionales, como aeroaplicadores de Brasil, Cuba y Estados Unidos, han compartido sus experiencias y conocimientos, destacando la velocidad y la superficie que pueden cubrir los aviones en poco tiempo como una ventaja principal. En Cuba, por ejemplo, se logró erradicar el dengue en 2002 mediante una intensa campaña que incluyó pulverizaciones aéreas.

Sin embargo, la implementación de la pulverización aérea para el control del dengue en Argentina no está exenta de debate. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la pulverización aérea solo en casos donde el acceso terrestre es dificultoso y cuando existen áreas extensas a tratar rápidamente. Además, se requiere de equipamiento técnico específico para tal fin.

La propuesta de FeArCA sugiere un enfoque integrado que incluye el control de larvas, el control de adultos y la aplicación aérea con aviones agrícolas. Este enfoque busca maximizar la eficiencia y minimizar los riesgos para la salud humana y el medio ambiente.

La situación actual del dengue en Argentina es crítica, y las autoridades están evaluando todas las opciones disponibles para controlar la epidemia. La pulverización aérea podría ser una de las estrategias clave en esta lucha, siempre y cuando se realice de manera responsable y con el respaldo de la ciencia y la tecnología adecuadas.