Oficialmente se da inicio a la Semana Santa con la llegada del Domingo de Ramos, el cual hace alusión a la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, donde mucha gente lo esperaba y donde fue recibido con vítores y alabanzas mientras sostenían ramas de palma, olivo y otros árboles nativos.
Según los Evangelios, Jesucristo entró en Jerusalén montado en un burro momento en que la gente depositó sus mantos y pequeñas ramas de árboles delante de él mientras cantaban fragmentos del Salmo 118: 25-26: “Bendito el que viene en nombre del Señor. Te bendecimos desde la casa del Señor”.
Es por eso que, desde tiempos remotos, se recuerda este día recreando esta bella escena narrada por la biblia de tal manera que los creyentes compran palmas tejidas fuera de las iglesias, las cuales, según la tradición, suelen ser bendecidas al final de la misa para que posteriormente sean colocadas en los hogares.