La pirotecnia de estruendo afecta a las personas con TEA y a los animales.
La llegada de las fiestas de fin de año siempre traen consigo alegría, reencuentros y tradiciones que nos unen como sociedad. Sin embargo, también es el momento ideal para reflexionar sobre cómo podemos celebrarlas de manera inclusiva y respetuosa para todos.
En este espíritu surge la propuesta de un año nuevo con Más luces, Menos Ruido, una iniciativa respaldada por la Ordenanza 409/2019 que busca promover el uso de alternativas más amigables y conscientes durante las festividades.
El objetivo es claro: reducir el uso de pirotecnia sonora, que, si bien puede ser motivo de diversión para algunos, genera un impacto negativo en muchas personas, especialmente en niños con trastornos del espectro autista (TEA), adultos mayores, personas con hipersensibilidad auditiva y, por supuesto, los animales domésticos.
La propuesta no implica renunciar a la magia de las fiestas, sino reinterpretarla de una forma más responsable. Las luces y efectos visuales, como los espectáculos de fuegos artificiales silenciosos, han demostrado ser una alternativa maravillosa para disfrutar sin causar daño.
La ordenanza busca fomentar una celebración donde “lo único que estalle sean las sonrisas”.