El ministro de Economía habló del tema con los presidentes de dos de los bancos más importantes de la potencia asiática. Presión a Washington para que empuje al FMI.
El día que Sergio Massa anunció la activación del uso de yuanes en el comercio con China, ocurrió algo mucho más interesante que lo que se veía en las pantallas.
Cuando terminó la comunicación de la decisión a los medios, Massa se quedó en su despacho con el embajador de China en la Argentina, Zou Xiaoli y los presidentes de dos de los bancos más poderosos de esa potencia, el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) y el Banco de China (BOC).
En ese encuentro se analizó una audaz jugada geopolítica del ministro, fraguada en la desesperación por sumar los dólares que necesita para llegar con una mínima estabilidad cambiaria a las elecciones.
La idea fue profundizar la medida anunciada, esto es el uso efectivo de los yuanes que aporta China, casi duplicando el actual swap de 5.000 millones de dólares, llevándolo a 9.000 millones. Una cifra muy similar a los anticipos del FMI que Massa negocia que le anticipe el organismo.
El embajador chino, además de respaldar la ampliación del swap de yuanes «convertibles», anunció la posibilidad de ampliar el fondeo para infraestructura que Massa negocia con China.
De concretarse, la ampliación del swap se haría efectiva en Junio. De nuevo, no hay casualidades. Es en esa fecha que Massa pretende recibir los fondos frescos del FMI. «El mensaje es claro, si nos ahogan tenemos como resolver el año», afirmó a LPO un funcionario del equipo del Palacio de Hacienda.
La información no tardó en llegar a los canales del Departamento de Estado y erizó la piel de la Casa Blanca, que ya entendió que el avance de China en la región pasó de ser una preocupación en el horizonte a una realidad impostergable.
No por casualidad, el principal asesor político del presidente Biden, el consejero en Seguridad Nacional, Jake Sullivan, este jueves en una charla en Washington en el Brookings Institution fue inusualmente crítico con la burocracia de los organismos multilaterales que lidera Washington -como el FMI y el Banco Mundial- y advirtió sobre el espacio que esa demora abre a la más ágil diplomacia económica de China.
Un tema que como reveló en exclusiva LPO, el asesor presidencial Juan Manuel Olmos, ya había explicado al embajador Marc Stanley, cuando le dijo que necesitaban cambiar sus mecanismos de intervención en la región. Lo mismo que dijo, más directo, Massa a la segunda del Departamento de Estado, Wendy Sherman, cuando se quejó que los multilaterales «tienen mas vueltas que el caracol» para soltar los préstamos acordados.
«EEUU está comprometido a abordar el problema de la deuda que enfrenta un número cada vez mayor de países vulnerables. Necesitamos ver un alivio genuino, no solo «extender y fingir». Y necesitamos que todos los acreedores oficiales y privados bilaterales compartan la carga», sostuvo Sullivan en su charla en el Brookings Institutions.
Luego de reconocer el avance de China en la región, Sullivan agregó una crítica absolutamente inusual al Banco Mundial, una institución creada y comandada por los Estados Unidos. «Como ha señalado la secretaria Yellen, necesitamos actualizar los modelos operativos de los bancos, especialmente el Banco Mundial, pero también los bancos regionales de desarrollo», sostuvo Sullivan y agregó «tenemos que ampliar el acceso a la financiación en condiciones concesionarias y de alta calidad para los países de bajos y medianos ingresos a medida que se enfrentan a desafíos».