Murió «La Tota» Santillán a los 57 años

Murió «La Tota» Santillán a los 57 años

El conductor y productor musical, reconocido principalmente en el ambiente de la música tropical, fue encontrado sin vida en su casa

Ricardo Daniel Carías, más conocido en el mundo del espectáculo como Daniel «La Tota» Santillánmurió este domingo a los 57 años.

El conductor y productor musical fue encontrado sin vida en su casa, en el oeste del conurbano bonaerense. Se desconocen las causas de su deceso y habrá que esperar a que le realicen la autopsia correspondiente para tener precisiones al respecto.

Multifacético y carismático, el nacido el 1 de agosto de 1967 en la ciudad de San Martín, en Mendoza, trabajó incansablemente para ganarse un lugar en los medios, después de vender garrapiñadas y escobas en la vía pública para sobrevivir, luego de escaparse de su casa a los 14 años.

Consiguió ese objetivo, principalmente, con su labor en “Pasión de Sábado», trabajo posterior a su primer gran paso en televisión en «Pasión Tropical» (Azul Televisión) y a su tarea en otros programas de ese estilo. Atrás había dejado también su paso como tarjetero de locales bailables.

Esa estrecha vinculación con la movida tropical lo llevó a conformar una gran amistad con Rodrigo Bueno, quien murió en el año 2000 en un incidente de tránsito y al que presentó en los show multitudinarios que el cantante cordobés de cuarteto brindó en el Luna Park.

«Que en paz descanses tota !! Te vas a reencontrar con el potro!», escribió un usuario de Instagram en la última publicación que se puede ver en la cuenta del presentador en esa red social, en la que, precisamente, hay una imagen del cordobés.

Sin embargo, su ascenso dentro de la música tropical como presentador y su presencia en populares programas de televisión como Showmatch, donde participó de “Bailando por un sueño” y «Cantando por un sueño», además de su incursión en la actuación y el canto, contrastaron con sus problemas personales. Distintos inconvenientes de salud, adicciones y con la Justicia, sentenciaron su camino en la televisión y la radio.

La «Tota» Santillán, quien tenía cuatro hijos (Daniela y Leandro, de su matrimonio con Mónica Falero, y Camila y Mia, de su relación con Sol Fiasche) y seis nietos, estaba medicado desde 2011 cuando fue diagnosticado con bipolaridad. En los últimos años reconoció que en al menos tres ocasiones intentó quitarse la vida.

En 2016 tuvo su primer episodio psiquiátrico. Luego, en 2017, fue internado tras haber sido detenido por un intento de robo en un mercado de Vicente López.

En abril de 2018, Santillán fue nuevamente internado, aquella vez en Mar del Plata, después de que lo encontraran sus más allegados en un estado crítico.

En noviembre de 2020, en medio de la pandemia de covid-19, el ex conductor de Pasión de Sábado (América TV) contó que se había convertido en vendedor ambulante para poder sobrevivir. En 2021, en tanto, se internó por voluntad propia para recibir el tratamiento adecuado por una depresión aguda, al igual que en otras varias ocasiones anteriores.

Un año después, contó la verdad sobre el brote que tuvo a fines de agosto y la controversia entre sus hijos y su abogada acerca de la necesidad de internarlo de urgencia en un sanatorio porteño. «Si no me internaba, me iban a pasar cosas más graves», admitió.

“Es un momento difícil, hace tres años que no veo a mis hijas más chicas. Las veo solamente por videollamada y eso se lo agradezco de todo corazón a su mamá. Además, hace poco tiempo, perdí a mi hermano y no lo pude despedir», contó en esa oportunidad en un móvil para América TV.

En junio de 2023 había sido condenado a cinco años y medio de prisión por hechos de violencia de género contra su expareja y madre de dos de sus hijas, quien denunció que fue golpeada y amenazada de muerte, y por intimidaciones a una empleada de ella y a su exsuegro.

El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº7, representado por el juez Alejandro Noceti Achával, consideró también que Carías era responsable de las amenazas que sufrió una empleada de su pareja con el objetivo de que abandone ese trabajo, y por haber amenazado a su ex suegro durante la separación con su concubina. Por otra parte, se lo condenó por el hurto de un teléfono celular propiedad de su por entonces contador.

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