En su homilía, el prelado ofreció un profundo mensaje de esperanza, fe y reconciliación, invitando a los fieles a renovar su compromiso con Dios y con los valores cristianos en todos los ámbitos de la vida.
En la mañana de este domingo, la Catedral Basílica de Santiago del Estero fue el escenario de una celebración especial presidida por el cardenal Vicente Bokalic, quien encabezó la misa que marcó el inicio del Año Jubilar. En su homilía, el cardenal ofreció un profundo mensaje de esperanza, fe y reconciliación, invitando a los fieles a renovar su compromiso con Dios y con los valores cristianos en todos los ámbitos de la vida.
Un mensaje de fe y transformación
Durante su emotivo discurso, el cardenal Bokalic reflexionó sobre la presencia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes y la importancia de este tiempo como una oportunidad de gracia y renovación.
«El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que hemos recibido. Este es un tiempo para profundizar en nuestra fe, rehacer nuestra amistad con Dios y alejarnos de la mediocridad, la indiferencia y el egoísmo», expresó Bokalic.
El prelado llamó a los presentes a buscar en la eucaristía, la reconciliación y la meditación de la Palabra de Dios las herramientas para fortalecer la vida espiritual y enfrentar los desafíos de la vida cotidiana.
El Año Jubilar, señaló el cardenal, tiene profundas raíces bíblicas y es un tiempo para liberar, reconciliar y renovar el vínculo con Dios y con la comunidad. Invitó a los fieles a no solo reflexionar en lo personal, sino también a trabajar por los demás, particularmente por los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los pobres.
«Es necesario redescubrir el rostro de Jesús en los hermanos que sufren. No podemos estar ajenos al dolor de los demás. Como cristianos, estamos llamados a ser instrumentos de esperanza y amor», destacó Bokalic, haciendo énfasis en el compromiso social que debe caracterizar a las comunidades cristianas.
La esperanza como motor de transformación
En un mensaje inspirado por las enseñanzas del papa Francisco, el cardenal animó a los fieles a ser portadores de esperanza en un mundo marcado por la soledad, la pobreza y las injusticias. «Este tiempo jubilar nos invita a transformar los siglos de dolor en siglos de esperanza, a ser una iglesia que abra sus puertas y acompañe a los que más lo necesitan», enfatizó.
El mensaje concluyó con un homenaje a la Virgen María, a quien el cardenal describió como la madre de la esperanza. «Ella, en medio del dolor más profundo, nunca perdió la confianza en Dios. Siguiendo su ejemplo, estamos llamados a vivir este Año Jubilar con fe, optimismo y compromiso», expresó.
El Año Jubilar se presenta como una oportunidad para la renovación espiritual y comunitaria, invitando a los fieles de Santiago del Estero a ser testigos del amor de Dios en cada aspecto de sus vidas y en su interacción con la sociedad.