Para Estados Unidos, los aranceles al acero y aluminio argentinos no se justifican

Para Estados Unidos, los aranceles al acero y aluminio argentinos no se justifican

Cuando se consultó al mandatario estadounidense sobre posibles excepciones, como las otorgadas en 2018 ante una medida similar, Trump fue tajante: no habrá excepciones.

El pasado miércoles comenzó a regir en Argentina, al igual que en el resto del mundo, el arancel del 25% que el gobierno de Donald Trump impuso a las importaciones de acero y aluminio que ingresan a Estados Unidos. Esta medida ha generado preocupación en el sector productivo argentino, que ve afectadas sus exportaciones clave.

Cuando se consultó al mandatario estadounidense sobre posibles excepciones, como las otorgadas en 2018 ante una medida similar, Trump fue tajante: no habrá excepciones, justificando la decisión en un supuesto «pequeño déficit» comercial de Estados Unidos con Argentina. Sin embargo, datos oficiales de la Representación Comercial de EE.UU. (USTR) contradicen esta afirmación, ya que reportaron un superávit de USD 2.100 millones a favor de EE.UU. en 2024, mientras que el INDEC indicó un superávit de USD 229 millones para Argentina. La disparidad en los datos ha generado confusión y aún no se ha encontrado una explicación clara.

El impacto en el acero y el aluminio

Dentro de los productos afectados por el nuevo arancel, el aluminio es el más exportado por Argentina a EE.UU., mientras que en el caso del acero, la empresa más perjudicada es Tenaris, del grupo Techint, que en 2024 exportó aproximadamente USD 100 millones en tubos sin costura. Techint, sin embargo, posee una fuerte presencia en EE.UU., con tres plantas locales, incluyendo una en Texas que en 2024 fue reconocida por ExxonMobil como “proveedor del año”.

Por otro lado, Aluar, el principal productor de aluminio en Argentina, exportó cerca de USD 600 millones en 2024 a EE.UU., un monto significativo para el comercio exterior argentino, aunque menor dentro del mercado estadounidense. Su CEO, Martín Levinas, señaló que la empresa está a la expectativa de que EE.UU. aclare los términos arancelarios y de las negociaciones que el gobierno argentino pueda llevar adelante para mitigar el impacto de la medida.

De acuerdo con datos de la International Trade Administration de EE.UU., en enero de 2024 Argentina exportó 15.025 toneladas de aluminio a ese país, representando apenas el 2,5% del total importado. En contraste, Canadá lidera el mercado con exportaciones de 3,4 millones de toneladas anuales, muy por encima del resto de los proveedores.

Beneficiados y perjudicados por los nuevos aranceles

Mientras la medida complica a las empresas exportadoras argentinas, algunos sectores industriales en EE.UU. celebran la decisión. Leon Topalian, CEO de Nucor, la mayor siderúrgica estadounidense, afirmó que desde los anuncios de Trump su empresa, junto con US Steel y Cleveland Cliffs, ha elevado los precios. Jesse Gary, CEO de Century Aluminium, también anticipó un “impacto significativo” en las ganancias de su empresa debido a los nuevos aranceles.

Sin embargo, los beneficios para la industria del acero y el aluminio en EE.UU. no garantizan un aumento de la producción local. Bill Oplinger, CEO de Alcoa, advirtió que los costos de la electricidad siguen siendo un obstáculo mayor y que las tarifas no justifican la reapertura de plantas locales.

En el lado de los perjudicados, los fabricantes estadounidenses que dependen de estos insumos ven un incremento en sus costos de producción. Según el Boston Consulting Group, los nuevos aranceles sumarán USD 22.000 millones al costo de importación de acero y aluminio y hasta USD 29.000 millones en productos derivados, como piezas de aviones y cuchillas para excavadoras, encareciendo sectores clave como la construcción, el transporte y la producción de electrodomésticos.

Empresas como Coca-Cola han comenzado a buscar alternativas, como aumentar el uso de botellas de plástico en lugar de latas de aluminio. En tanto, la Asociación de Fabricantes de Latas (Can Manufacturers Institute) recordó que medidas similares en 2018 llevaron al cierre de 9 de las 12 líneas de producción de acero para hojalata en EE.UU.

Perspectivas y desafíos

El panorama para Argentina frente a estas restricciones comerciales es complejo. La falta de claridad en las cifras del comercio bilateral entre ambos países y la imposibilidad de obtener excepciones dificultan la estrategia del gobierno argentino para defender a su industria. Al mismo tiempo, en EE.UU. la incertidumbre sobre la duración de estas medidas impide que el sector industrial planifique inversiones a largo plazo.

En los próximos meses, se espera que el gobierno argentino explore alternativas diplomáticas y comerciales para reducir el impacto de estas restricciones y buscar un tratamiento diferenciado que permita sostener las exportaciones de acero y aluminio hacia el mercado estadounidense.

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