La Casa Rosada apunta a discutir las cuentas finas, pero negocian con proyectos de los dialoguistas, como Ficha Limpia y Democracia Sindical. Insistirán con sostener a toda costa el equilibrio fiscal.
Aocho días del final de las sesiones ordinarias, mientras posterga una definición sobre la reapertura del Congreso, Javier Milei dilata también una respuesta a los gobernadores de Juntos por el Cambio, que pidieron el miércoles reactivar las fallidas negociaciones por el Presupuesto. Y si bien no les cierran la puerta definitivamente, en la Casa Rosada siguen molestos con los mandatarios, a los que acusan de haberse “sobregirado” con las exigencias para sus provincias.
Los gobernadores están preocupados y quieren apurar las definiciones para poder dictaminar en comisión al día siguiente, con la esperanza de poder sesionar el jueves, antes del final de las sesiones ordinarias. Después de su reunión del miércoles pasado, post-caída del encuentro de comisión donde se esperaba firmar dictamen, les solicitaron informalmente a Santiago Caputo, Guillermo Francos y a “Toto” Caputo retomar el lunes las charlas por la ley de leyes. Pero hasta ayer a la noche no habían recibido una respuesta.
Cerca de Milei son varios los funcionarios que no vislumbran un acuerdo en un contexto donde conviven posturas opuestas. “No la vemos, pero todo puede ser”, dijo un alto funcionario del entorno presidencial. “Estas reuniones las tendrían que haber pedido hace un mes”, agregó otro sobre el cierre de la semana hábil.
Esta posición intransigente y despreocupada abona la teoría de los opositores, inclusive los dialoguistas, de que el Gobierno en realidad no tuvo nunca intenciones verdaderas de consensuar un plan de gastos, y que prefiere seguir enmendando el de 2022. “Nosotros nunca haríamos eso”, respondieron las sospechas en Balcarce 50, con cierto tono de ironía.
En cualquier caso, el eventual reinicio de los diálogos y, luego, el aval a un debate en comisión quedaría en manos de Luis Caputo. “Lo que sea que se decida va a pasar por Economía”, dijeron en la sede del gobierno nacional, en referencia al guardián del equilibrio fiscal y a los secretarios de Hacienda y Finanzas, Carlos Guberman y Pablo Quirno.
Fueron los dos últimos quienes estuvieron encargados de exponer sobre los detalles y el espíritu de la ley de Presupuesto que envió Milei, en las reuniones informativas en el Congreso. Y fueron ellos quienes, en el inicio de esta semana, evaluaron junto a Santiago Caputo en su oficina en Casa Rosada el impacto fiscal de los pedidos provinciales. “No terminan de entender que esta no es una discusión del toma y daca político, sino que es estrictamente económica”, dijeron en la sede nacional.
Además, deslizaron que el Presupuesto dejó de ser una prioridad para el oficialismo. “Toto está con otra agenda, esto ya no es central. Los gobernadores se sobregiraron. Además, el pedido de esta reunión tendría que haber pasado hace un mes, ya estamos jugados”, agregaron.
El planteo de dejar a un lado la rosca política no se condice con la presentación formal, concretada el jueves, de un proyecto de reforma electoral que impulsó el principal estratega del Presidente en plena discusión por el Presupuesto. “Es para no perder el centro de la agenda”, intentaron justificar la medida en Balcarce 50. Otros admitieron que es una jugada para empujar al partido de Mauricio Macri a respaldar el Presupuesto.
Si tuviera éxito, en las Legislativas de 2025 dejaría de haber PASO, lo cual perjudicaría a PRO y a la UCR (aunque los cambios en el financiamiento de los partidos políticos recién correrían para las de 2027, porque el proyecto establece un plazo de adecuación con límite, recién, en julio de 2026). Además, los libertarios facilitaron el tratamiento en lo sucesivo de una serie de proyectos que esas fuerzas venían exigiendo y venían postergándose: Ficha Limpia (de PRO) y Democracia Sindical (iniciativa de los radicales). “Ahora nos pueden dar algo a cambio”, admitió un diputado libertario.
En la puja, al Gobierno podría costarle darles la espalda a los gobernadores. Con los ánimos enconados, las fuerzas opositoras en el Congreso, aunque enfrentadas, hicieron una excepción y empezaron a unificar una estrategia para inquietar al Gobierno. Encuentro Federal, el kirchnerismo y, con menos ímpetu, el PRO, amenazan, por lo bajo, con retomar la ofensiva para intentar voltear el DNU 846, que le entrega a Caputo atribuciones para reestructurar ilimitadamente la deuda pública.
La semana pasada, La Libertad Avanza había logrado frenar este avance, que complicaría la renegociación de los compromisos de 2025. Pero con el Presupuesto frenado, la ecuación podría dar un resultado distinto en los próximos días si es que el Gobierno no cediera, aunque sea, en algunas de las demandas de los gobernadores.
Ayer, en una entrevista radial, Francos manifestó por primera vez cierta inclinación hacia una reapertura del diálogo: “Sí, puede ser que haya (reuniones). No están programadas todavía, pero sí ha habido varias conversaciones”, deslizó. Y en sususrros, en Gobierno dijeron que podría haber algún tipo de confirmación hoy mismo. De aceptarse, el encuentro sería virtual. Y si bien la aprobación estaría en manos de Caputo, no se descarta una intervención del jefe de Gabinete, aunque estará ocupado preparando su segundo informe de gestión ante el Poder Legislativo el miércoles 28.
Todas las iniciativas en marcha en el Congreso estarán atadas al devenir de la puja por el plan de gastos previstos para 2025, y Milei aún no terminó de definir si convocará a Extraordinarias para incluir en el temario el Presupuesto; o sólo esos proyectos paralelos; o si, por el contrario, deja el Congreso cerrado hasta el 1ro de marzo del año que viene.