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Directores de institutos y estaciones experimentales alertan sobre el riesgo de debilitar una institución clave para el desarrollo agropecuario nacional
Un amplio grupo de directores del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) expresó públicamente su rechazo al Decreto 462/2025, publicado el 8 de julio en el Boletín Oficial, que elimina la autarquía del organismo y lo subordina a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. La medida, enmarcada bajo el discurso de “modernización”, fue duramente cuestionada por centralizar decisiones y desarticular la histórica estructura participativa y federal del INTA.
En una declaración conjunta, más de 60 autoridades de Estaciones Experimentales y Centros de Investigación de todo el país advirtieron que la disposición “no es modernizar: es centralizar, debilitar y poner en riesgo una institución estratégica para el desarrollo de la Nación”.
Un modelo federal en peligro
Desde su fundación en 1956, el INTA ha sido una pieza clave en el desarrollo del sistema agroalimentario argentino. Su modelo de funcionamiento se basa en cuatro pilares fundamentales: integración de investigación y extensión, presencia territorial en todo el país, gobernanza participativa y federal, y transparencia en el acceso a cargos mediante concursos públicos. Según el comunicado, estos ejes son los que garantizan una agenda alineada con las necesidades del territorio, una articulación sólida con el sistema científico, y un fuerte control social.
Sin embargo, el nuevo decreto implica una reconfiguración del Consejo Directivo, que dejaría afuera a representantes del sector agropecuario y del sistema científico, para concentrar las decisiones en manos de funcionarios designados por el Poder Ejecutivo. “Esto elimina la posibilidad de sostener líneas de trabajo estables, independientes de los vaivenes políticos”, señalaron los directores.
“Modernizar no es destruir”
Los firmantes del documento, provenientes de todas las regiones del país, remarcaron que el INTA ha demostrado capacidad de adaptación a los distintos contextos políticos y económicos, sin perder de vista su misión: “Impulsar la innovación y contribuir al desarrollo sostenible de un sistema agroalimentario competitivo, inclusivo, equitativo y respetuoso del medio ambiente”.
En ese sentido, consideran que la medida del Ejecutivo pone en riesgo no solo la autonomía institucional, sino también la continuidad de políticas públicas clave para la innovación tecnológica, la soberanía alimentaria, las economías regionales y la sustentabilidad agropecuaria.
Un llamado a la reflexión
“Reducir el INTA a una oficina dependiente del gobierno de turno es ignorar su historia, su valor estratégico y el consenso social que lo respalda”, afirma el texto. Y concluye: “Argentina necesita instituciones públicas sólidas, autónomas, con presencia territorial y visión de largo plazo”.
Entre los firmantes se encuentran referentes de destacadas unidades del INTA, como Mario Mondino (Estación Experimental Santiago del Estero), Gustavo Gerlero (Quimilí), Facundo Quiróz (Balcarce), Karina Trono (Instituto de Virología), Silvina Vargas Gil (Instituto de Patología Vegetal) y Alejandro García (EEA Junín), entre muchos otros.
La declaración refleja el profundo malestar dentro del sistema científico-técnico ante una medida que, según advierten, no moderniza sino que desmantela una de las instituciones más reconocidas del Estado nacional en materia de desarrollo productivo e innovación agropecuaria.