El proyecto de Presupuesto 2026, impulsado por el Gobierno de Javier Milei, ha sido duramente criticado por la desinversión que propone para el sector educativo, al tiempo que busca derogar la Ley de Educación Nacional que establece la meta del 6% del PBI para el área. Un informe del Observatorio Argentinos por la Educación advirtió que la inversión nacional caerá al 0,73% del PBI, un mínimo histórico y una cifra muy lejana al cumplimiento legal.
A pesar de un supuesto incremento nominal del gasto, la tendencia descendente en la participación sobre el PBI se consolida. Según Martín Nistal, del Observatorio, los niveles de inversión en 2026 «siguen siendo muy bajos» y se ubican «muy por debajo de 2023». De hecho, el presupuesto real de la Secretaría de Educación muestra una reducción del 44% en comparación con el último año de la gestión anterior.
El economista Jorge Lo Cascio alertó que este ajuste impactará con mayor fuerza en la infraestructura, que sufre una caída del 63% en sus fondos, lo cual «profundiza las desigualdades educativas y limita la alfabetización digital necesaria para el siglo XXI». El informe también señala que la mayor parte de los recursos (77%) se destinará a la educación universitaria, mientras que programas clave como el Plan Nacional de Alfabetización y las becas recibirán porciones menores.
De esta manera, la gestión de Milei no revierte la pérdida acumulada de los últimos años y consolida una tendencia de desinversión que precariza el sistema educativo nacional.
