Su nombramiento llega en un contexto de reorganización interna dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, tras el despido de la ex directora, Diana Mondino.
El Gobierno argentino nombró a Úrsula Basset como nueva directora de Derechos Humanos de la Cancillería, con el objetivo de reforzar la “batalla cultural” que viene desplegando el oficialismo en diversas áreas. La resolución 71/2025, que formaliza su designación, fue publicada en el Boletín Oficial este último viernes, con la firma del canciller Gerardo Werthein.
¿Quién es Úrsula Basset?
Úrsula Basset es una abogada especializada en derecho de familia, conocida por sus posturas conservadoras en temas relacionados con los derechos de género y la comunidad LGBTQ. Ha sido una figura polémica por su oposición a las políticas inclusivas, y es especialmente conocida por su intervención a pedido de la Casa Rosada en las votaciones del Gobierno ante organismos internacionales como la ONU y la OEA, donde se manifestó en contra de la presencia del Estado en cuestiones de cuidado de mujeres, niñas, pueblos indígenas y la coexistencia pacífica entre los países.
Basset se formó como abogada en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y obtuvo su doctorado en Ciencias Jurídicas en la Universidad Católica Argentina (UCA). A lo largo de su carrera académica, ha dictado clases en áreas como Derecho Sucesorio, Derecho de Familia y Metodología de Derecho Comparado.
Su nombramiento llega en un contexto de reorganización interna dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, tras el despido de la ex directora, Diana Mondino. La falta de anuncios oficiales sobre la nueva estructura del Ministerio hizo necesario asignar a una figura para firmar los documentos oficiales y asumir las posiciones del país en derechos humanos.
Una decisión inédita
El nombramiento de Basset ha generado controversia debido a que, por primera vez, una persona sin experiencia en derecho internacional o en cuestiones multilaterales ocupa la dirección de un área tan sensible en la Cancillería. En el pasado, los directores de Derechos Humanos fueron diplomáticos de carrera, como Leandro Despouy y Horacio Basabe, o académicos reconocidos en la materia, como Horacio Ravenna y Mónica Pinto.
Fuentes del Gobierno aseguran que Basset ya venía desempeñándose como directora de Derechos Humanos en la Cancillería desde hace algunos meses, tras varias renuncias en el área. Su nombramiento oficializa su rol y refuerza la dirección del Gobierno en la materia, especialmente en un momento en que el oficialismo parece decidido a profundizar su discurso en contra de las políticas de género y los derechos LGBTQ.
El contexto político y social
El nombramiento de Basset es parte de una estrategia más amplia del Gobierno para posicionarse en la “batalla cultural” que busca marcar una diferencia frente a las políticas progresistas en derechos humanos, igualdad de género y diversidad sexual. Este enfoque ha sido impulsado por figuras cercanas a la Presidencia, como Karina Milei, secretaria de la Presidencia, y el equipo de Santiago Caputo.
El nombramiento de Basset también tiene una implicancia importante en la política internacional de Argentina, especialmente en el contexto de las relaciones con organismos internacionales y en la representación del país en temas de derechos humanos.
El impacto de este nombramiento, que sigue el curso de la “batalla cultural”, será clave para definir la postura de Argentina en los próximos años en temas internacionales relacionados con los derechos humanos, la igualdad de género y los derechos de las comunidades LGBTQ.