Ya se firmó el contrato para fabricar los componentes auxiliares del reactor nuclear, diseñado y construido totalmente en nuestro país. Esta tecnología, afirman, nos pone a la cabeza a nivel mundial en el desarrollo de este tipo de centrales.
La Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo encabezó este miércoles la firma del contrato entre la empresa Impsa y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) para la fabricación de componentes auxiliares del reactor nuclear de potencia Carem, el primero diseñado y construido íntegramente en la Argentina.
Esta tecnología perfila a la Argentina como uno de los países líderes en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia a nivel mundial, y proyecta un gran potencial exportador.
«La articulación con PyMEs proveedoras de la industria nuclear es fundamental para impulsar el crecimiento y la competitividad de todo el sector», aseguró el secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, y destacó que el Gobierno tiene la decisión política de «promover el desarrollo tecnológico y que la industria argentina compita en el mercado global».
De la firma participaron también el presidente de Impsa, Gabriel Vienni, y su CEO, Gonzalo Guilardes; la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis; y el gerente de Ingeniería de Carem, Ignacio de Arenaza.
«Este proyecto contribuye a que el país promueva pequeñas y grandes empresas del sector nuclear con personal calificado», aseguró la presidenta de CNEA e indicó que «el desarrollo tecnológico argentino es importante para generar una matriz de producción de mayor componente tecnológico con manufacturas de mayor valor agregado».
Por su parte, Vienni resaltó que «este acuerdo incluye la voluntad de ambas partes en llevar el proyecto Carem hacia un pronto éxito, de suma importancia estratégica tecnológica para el país y el mundo, porque nos pondría a la cabeza en el desarrollo de este tipo de centrales».
A su vez, adelantó que «en el corto plazo vendrán nuevos convenios con el objetivo de completar el paquete de equipos calificados para este proyecto».
El Carem, cuya primera versión será capaz de generar 32 megavatios de electricidad, pertenece al segmento de reactores modulares de baja potencia (SMR, por sus siglas en inglés), que jugarán un rol fundamental como energía de base en el proceso de transición energética hacia tecnologías de generación libres de dióxido de carbono (CO2).
En ese contexto, la Argentina cuenta con uno de los pocos SMR del mundo en estar efectivamente en construcción (y con un importante grado de avance físico, superior al 62%), lo cual posiciona al país como un indudable referente mundial de este tipo reactores y en esta clase de tecnología.
La CNEA e Impsa trabajan articuladamente para fortalecer el desarrollo de tecnología e industria nuclear argentina.
En el proyecto Carem, Impsa logró dar un salto tecnológico significativo al aplicar su capacidad de diseño a todo lo relacionado con el cálculo estructural del reactor, y también conformó un equipo interdisciplinario de doctores e ingenieros, quienes realizaron importantes desarrollos tecnológicos internos, algunos incluso basados en Inteligencia Artificial.
El diseño estructural del Carem es un hito para la industria nuclear en Sudamérica y uno de los más avanzados a nivel internacional.
Con información de Télam