La droga habría sido cargada en el transporte de larga distancia en la provincia de Jujuy, de donde es oriunda la sospechosa.
Aprovechando el recambio turístico, dos mujeres trasladaban casi 4 kilos de cocaína de máxima pureza hacia Buenos Aires. En la ruta fueron interceptadas por efectivos de Gendarmería Nacional, quienes las detuvieron y les secuestraron el cargamento.
El procedimiento se realizó cerca de las siete de la mañana de ayer, en la Ruta Nacional 34, en el peaje de la ciudad de Fernández –departamento Robles-. Los efectivos de la Unidad Operativa Escuadrón 59 Santiago del Estero, dependiente de la Agrupación XVII, de Gendarmería Nacional, realizaba controles vehiculares de rutina.
Cabe destacar que las fuerzas de seguridad del país se encuentran realizando controles y operativos viales en las rutas nacionales y provincial sobre el territorio, por disposición del Ministerio de Seguridad de la Nación, con el fin de hacer frente a la trata de personas y contrabando de mercadería y estupefacientes.
Mientras se realizaban los controles de los rodados, los gendarmes detuvieron la marcha de un colectivo de larga distancia. El micro provenía desde la provincia de Jujuy con un contingente de aproximadamente unas 40 personas. Los mismos tenían como destino la provincia de Buenos Aires.
Los efectivos de la fuerza de seguridad nacional, en primera instancia, entrevistaron con los choferes de la unidad y realizaron el control de la documentación pertinente. Posteriormente, ingresaron al micro con el fin de realizar la requisa de los pasajeros y de las valijas y bolsos que trasladaban.
Mientras los gendarmes trataban de identificar a los viajantes, en uno de los asientos traseros detectaron a una de las pasajeras –oriunda de Jujuy, de 40 años- en actitud sospechosa. La mujer comenzó a mostrarse nerviosa ante las preguntas de los efectivos, por lo que de inmediato vaticinaron que había alguna irregularidad. Unos asientos más atrás, estaba la otra sospechosa, quien también se mostró nerviosa por la presencia de los gendarmes.
Los uniformados les solicitaron la documentación a las mismas y luego realizaron una inspección de dos bolsos de mano que trasladaban. En ese momento, los gendarmes descubrieron que entre la ropa interior, medias y remeras, una de las mujeres tenía ocultos ladrillos compactos de una sustancia prohibida.
Posteriormente, a la segunda pasajera identificada, los gendarmes le encontraron adosados a su cuerpo pequeños envoltorios que contenían droga.
Ante la situación, los efectivos realizaron la prueba de narcotest a los cuatro paquetes incautados. Se determinó que se trataba de cocaína de máxima pureza. La droga tenía un pesaje total de aproximadamente 4 kilos. https://7a805d8d8ec710ea049c97dc0d2af0f8.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
Detenidas
En el caso se dio intervención al juez federal de Santiago del Estero, quien dispuso que las “mulas” quedaran detenidas e imputadas del supuesto delito de infracción a la Ley Nº 23.737 de Narcotráfico.
En la requisa personal que se les practicó se les incautó un celular que sería de su propiedad, el que será analizado por los investigadores, con el objetivo de encontrar alguna evidencia importante para la causa.
Además, se secuestró la documentación personal para ser investigada. Las mujeres fueron trasladadas a la sede de la Gendarmería Nacional donde quedaron alojadas por orden judicial. Las mismas serán indagadas los próximos días por el fiscal federal de Santiago del Estero que interviene en el hecho.
Narcos no arriesgan sus cargamentos
A partir de la pandemia por el Covid-19 que se decretó en marzo de 2020, en nuestro país las fuerzas de seguridad nacional y provincial llevan a cabo intensos controles vehiculares en las rutas provinciales, nacionales y caminos alternativos. Lo que significó una fuerte amenaza para los narcotraficantes.
Ante la masiva presencia de los efectivos en las rutas, los traficantes tuvieron que “ingeniarse” para no poner en riesgo su “producción” y sufrir secuestros de cargamentos millonarios. Es por ello que decidieron realizar encomiendas y usan “mulas” que transportan los cargamentos pequeños.
Por viaje, los narcos trasladan entre 2 y 10 kilos de cocaína; con destino la provincia de Buenos Aires. Además, realizan “desdobles” de cargamentos. Es decir, tratan de contratar servicios de trasladado en dos unidades, por lo que las “mulas” se separar en los micros y en caso de que los gendarmes o la Policía detenga un cargamento, el otro pueda llegar a destino. https://7a805d8d8ec710ea049c97dc0d2af0f8.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
Las ganancias del narco se triplican
El “narco” que se dedica a “cocinar” la droga que recibe en su búnker para luego comercializarla al menudeo o entre sus nexos, puede hasta triplicar las ganancias que obtiene de un kilo de cocaína.
Según se desprende de las investigaciones, los criminales de un kilo de cocaína de máxima pureza que reciben de su proveedor, la “cortan” o “estiran” con medicamentos, psicofármacos, harina de maíz y químicos.
La cocaína cocinada, en primera instancia, es triplicada por el proveedor. Es decir, de un kilo con los “agregados” suelen realizar hasta tres paquetes que luego son vendidos a sus clientes. A su vez, cada paquete es “estirado” nuevamente por el vendedor de estupefaciente en menor escala y puede extraer hasta 6 mil dosis. Por lo que termina llegando al consumidor final con muchos procesos químicos y en malas condiciones.
Las “mulas” cobran hasta $ 2 millones
La crisis económica que golpea a las familias lleva a los adultos a aceptar cualquier trabajo que le pueda dejar una remuneración que los ayude a paliar la situación que se vive en el mundo. Es por eso, que conociendo las consecuencias de los actos, deciden operar como “mulas”.
Se considera “mulas” o “camellos” a los traficantes de drogas en menor escala, por vías terrestres como los micros de largas distancias. El riesgo de ser descubiertos es alto, por los controles que se realizan en las rutas del país. Es por eso, que los traficantes reciben un “sueldo” por cada viaje que realizan.
Las “mulas” son captadas en zonas de mayor vulnerabilidad y necesidad social, en el límite con Bolivia. Son entrenadas y luego se les entrega los cargamentos y la dirección adonde deben dejar la mercadería. Luego, reciben un “sueldo” por ese “pase”.
Según se conoció, dependiente el cargamento, el “pasante” pude recibir entre 500 mil o 2 millones de pesos. Las cargas más costosas son las que ascienden los 2 millones de pesos. Un traficante al ser descubierto infraganti es detenido y puede ser condenado hasta a 3 años de prisión.