Ante el fracaso de la Conciliación Obligatoria, podrían haber suspensiones y cancelaciones de vuelos.
Tras el fracaso de la Conciliación Obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación el pasado 10 de enero y agotadas todas las instancias de negociación, desde la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA) -que nuclea a los controladores aéreos, servicios de información aeronáutica, de búsqueda y salvamento y técnicos de la aviación, entre otros profesionales, de todos los aeropuertos y aeródromos del país- anunciaron que «a partir del 18 de febrero retomarán de manera progresiva las medidas legítimas de acción gremial que incluirán la suspensión de las autorizaciones de despegue de vuelos comerciales, carga y aviación en general en todo el territorio nacional».
Si bien las acciones gremiales no afectarán los servicios durante el inicio y el fin del Carnaval para garantizar esta importante fuente de ingresos para los sectores vinculados con el turismo y el descanso esperado por quienes planificaron sus viajes durante estas fechas, de no existir una respuesta a las demandas por parte de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), las protestas se intensificarán hasta que se brinde solución a las demandas.
«El cronograma de acciones ya fue comunicado a todas las líneas aéreas para que puedan reprogramar sus vuelos y notificar a los pasajeros con suficiente anticipación para que las mismas afecten lo menos posible a los usuarios. Sin embargo no se descarta un efecto en cadena que pueda ocasionar demoras y cancelaciones», explicaron desde el gremio.
El secretario general de ATEPSA, Jonatan Doino señaló que el sindicato “asistió a todas las reuniones convocadas por el Ministerio de Trabajo con la voluntad de encontrar puntos de acuerdo, pero la empresa no ofreció ninguna respuesta que permita resolver los problemas dotacionales y de operaciones que afectan la seguridad de los vuelos”. Y agregó: “EANA se niega a reconocer los problemas del sector que atraviesa una crisis agravada por la pandemia en la falta de personal que obliga a trabajadoras y trabajadores a realizar tareas con dotaciones muy por debajo de los mínimos de seguridad establecidos internacionalmente para los aeropuertos del país. A inicios de esta semana denunciamos además que toda la región sur del país se quedó varias horas sin comunicaciones y sin radar”.
“Si bien la empresa ofreció un incremento del 10 por ciento, las demandas exceden lo salarial. La oferta resulta insuficiente ya que no aporta ningún tipo de soluciones a los problemas que afectan gravemente a la seguridad operacional y que no tienen un valor económico sino el de cuidar la vida de los pasajeros. Desde hace años reclamamos sin ningún tipo de respuestas cuestiones que afectan las condiciones operativas y técnicas que están vinculados con las herramientas de trabajo. Por ejemplo, se instalan sistemas de comunicación que son incompatibles con otros que están en funcionamiento y luego deben ser desinstalados; frecuencias aeronáuticas que se ven interferidas y que son de las que depende la comunicación entre pilotos y controladores y que son indispensables, solo por mencionar algunos de los puntos que reclamamos”, explicitó el secretario general de ATEPSA.
ATEPSA agrupa a los controladores de tránsito aéreo, trabajadores y trabajadoras de los servicios de información aeronáutica y comunicaciones aeronáuticas, técnicos y técnicas de comunicaciones navegación y vigilancia, meteorología aeronáutica, servicio de búsqueda y salvamento que, entre otras cosas, son los encargados de organizar la navegación aérea; autorizar los despegues, rutas y aterrizajes de todas las aeronaves que transportan carga y pasajeros a través del espacio aéreo argentino.
Se encuentran distribuidos en los 54 aeropuertos y aeródromos existentes en las 23 provincias argentinas. Asimismo, tienen bajo su control instalar y mantener todos los sistemas de navegación electrónicos como radares y sistemas de comunicaciones aeronáuticas. La actividad se rige bajo estrictas normativas internacionales, ya que de este trabajo depende la seguridad de todas las personas y naves que vuelan en el país.
La actividad es considerada una de las más estresantes del mundo según la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO) y la Federación Internacional de Controladores de Tránsito Aéreo (IFATCA).