La víctima y su hermana eran vejadas por el depravado. Fue imputado de abuso sexual y facilitación de la prostitución.
Desde los ocho años, aproximadamente, una menor que padece retraso madurativo severo se convirtió en la esclava sexual de su padre biológico. “Por favor, no me hagas. No quiero”, era el pedido desgarrador de la adolescente que en la actualidad tiene 15 años.
La fuga constante de una menor desde su vivienda en el barrio Los Flores, de la ciudad Capital, encendió el alerta del personal de la División Trata de Personas y Delitos Conexos. Se empezaron a realizar averiguaciones y se pudo establecer que la víctima escapaba de “la casa del horror”.
La menor escapaba de su hogar y siempre era hallada en compañía de sujetos mayores. En una entrevista con los profesionales de dicha dependencia policial, la víctima indicó que “mantenía relaciones sexuales con los amigos de su padre”. El sujeto, por cada encuentro sexual de la víctima, cobraba un arancel. La Policía, de inmediato, detuvo a dos sujetos, quienes están tras las rejas e imputados del delito de abuso sexual con acceso carnal desde hace un mes.
Pero el horror que vivía la menor en su casa, no cesó. Una vez más, huyó. Una vez más, su padre, un empleado municipal de 60 años, se hizo presente en la comisaría y denunció la desaparición de su hija de 15 años discapacitada. Los policías, nuevamente, se entrevistaron con los familiares. Fue en ese momento que la hermana mayor de la víctima –una joven de 25 años, también con retraso madurativo– reveló que “eran víctimas de vejaciones por parte de su progenitor”. La menor fue hallada y ante los psicólogos del Poder Judicial reveló que “le practicaba sexo oral y tenía relaciones sexuales con su padre”. El depravado fue detenido en un allanamiento realizado en su propiedad del barrio Los Flores en la jornada del lunes. Fue alojado en sede policial, acusado de los delitos de abuso sexual con acceso carnal y promoción y facilitación de la prostitución.
Las averiguaciones dieron cuenta de que la adolescente y su hermana mayor se habían convertido en las esclavas sexuales de su padre biológico cuando apenas tenían 11 y 8 años, respectivamente. Con la excusa de “educarlas sexualmente”, las inició en su sexualidad y las obligó, a fuerza de agresiones físicas y hostigamiento psicológico, a naturalizar las vejaciones que sufrían en manos del degenerado.
Los abusos se iniciaron con manoseos y constantes amenazas de muerte, por parte del agresor. El municipal, luego, ofrecía los trabajos sexuales de sus hijas a sus amigos y vecinos que tenía en los inmuebles donde alquilaba. En caso de que las menores se negaban a obedecerlo, el sujeto las sometía a brutales palizas. Su madre no podía defenderlas, ya que el agresor las agredía físicamente.
El municipal fue alojado en sede policial y será indagado las próximas horas por la Unidad Fiscal de Abusos Sexuales de Capital, a cargo de la Dra. Cecilia Larred.
Asistencia de la Dinaf a las víctimas
Apenas salió a la luz los aberrantes abusos sexuales a los que las hermanas eran sometidas por su padre biológico, quien las obligaba a prostituirse, se dio intervención a la Dinaf y otros organismos gubernamentales que realizaron la desvinculación de la víctima con su “verdugo”.
En primera instancia, la Dinaf y Subnaf, junto a otras entidades, trasladaron a las damnificadas junto a su madre –quien también es discapacitada- hacia la casa de un familiar donde las pusieron a salvo.
Fueron examinadas por el médico de Sanidad Policial y comenzaron a recibir la asistencia médica y ginecológica correspondiente; además de recibir un tratamiento psicológico para afrontar la situación que les tocó vivir en manos de su padre, desde la infancia.