En respuesta a un pedido de 18 legisladores demócratas, un alto funcionario del Tesoro de EEUU justificó el cobro de recargos. «No se aplican a los países más pobres del mundo», dijo.
El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos desestimó en las últimas un pedido de 18 legisladores demócratas para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ponga fin a su práctica de cobrar recargos significativos (sobretasas) a los préstamos más grandes que no se pagan rápidamente, en su mayoría a los países de ingresos medios y bajos, tal como había recomendado la Argentina.
Según reveló la agencia internacional Reuters, el FMI estimó que los países prestatarios pagarán más de u$s4.000 millones en recargos además de los pagos de intereses y tarifas desde el comienzo de la pandemia hasta fines de 2022.
Jonathan Davidson, subsecretario del Tesoro para asuntos legislativos de la administración de Joe Biden, dijo a los legisladores que los sobrecargos estaban destinados a abordar el mayor riesgo para los accionistas involucrados en prestar grandes sumas a los países miembros. «No se aplican a los países más pobres del mundo», agregó Davidson, y dijo que los préstamos otorgados a menudo tenían tasas muy por debajo de las tasas de mercado.
“Los ingresos de los recargos para aquellos países que los pagan ayudan a crear equilibrios precautorios para proteger a los accionistas del FMI contra pérdidas potenciales”, escribió Davidson en su respuesta a una carta del 10 de enero de los legisladores, una copia de la cual fue vista por Reuters.
Argentina no es el único país que había solicitado que se analice una rebaja de las sobretasas. También existió un pedido en este sentido por parte del G20. El Gobierno nacional estima que las sobretasas suponen pagos extras por u$s1.000 millones anuales para las arcas.
A principios de abril del 2021, en el marco de la reunión del G-20, el ministro de Economía, Martín Guzmán, planteó a Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, la necesidad de bajar los sobrecostos en los programas del FMI, que considera «regresivos y procíclicos».
Según las normas del organismo multilateral, para créditos como el que tiene la Argentina, cuando el nivel de deuda excede el 187,5% de la cuota del país se pagan 200 puntos básicos más que la tasa base del FMI. Y si el programa se extiende por más de tres años, el sobrecosto sube a 300 puntos básicos.
Pero el Tesoro estadounidense desestimó esta operación. “Desde el punto de vista del Tesoro, los recargos deben considerarse en el contexto del balance general del FMI, lo que es más importante, su capacidad para absorber pérdidas potenciales por la falta de pago de sus préstamos”, dijo.
La opinión de Washington es vital ya que Estados Unidos es el mayor accionista de la institución crediticia global, que es financiada por sus estados miembros; aunque Alemania, Francia y Gran Bretaña se han mostrado abiertos a revisar la política de recargos.
Los representantes demócratas Jesús García, Alexandria Ocasio-Cortez y Pramila Jayapal dirigieron el mes pasado una carta a la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, instándola a respaldar una revisión de una política que dijeron que era “injusta y contraproducente”, y robó a los países los recursos necesarios para combatir el COVID-19 pandemia.
Argentina, que se espera que gaste unos u$s3.300 millones en recargos entre 2018 y 2023, pidió en repetidas ocasiones un alivio temporal de los recargos por la crisis de la COVID-19, pero los miembros de la junta ejecutiva del FMI siguen divididos sobre el tema en general.
Los miembros de la junta ejecutiva del FMI revisaron el papel de los recargos, ahora la mayor fuente de ingresos del fondo, a fines del año pasado, sin llegar a una decisión final. Se espera todavía una decisión sobre este tema.
Fuente: Ámbito