Los Juicios a las Juntas, iniciados el 22 de abril de 1985, condenaron a líderes militares por crímenes de lesa humanidad en la búsqueda de justicia y memoria.
Un 22 de abril como hoy, pero en 1985, comenzaban los Juicios a las Juntas Militares en Argentina, una serie de litigios que marcaron para siempre la historia del país. Este proceso judicial, impulsado por el presidente Raúl Alfonsín, buscaba llevar a juicio los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
El inicio del juicio y su desarrollo
Los Juicios a las Juntas comenzaron el 22 de abril de 1985 y se extendieron hasta agosto de ese mismo año. Las audiencias se llevaron a cabo en el Palacio de Justicia de Buenos Aires y fueron presididas por un tribunal integrado por los jueces León Arslanian, Ricardo Gil Lavedra, Jorge Torlasco, Andrés D’Alessio, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz.
Durante unas 530 horas de audiencia, 839 testigos declararon en la denominada «causa 13», entre los que se encontraban sobrevivientes de centros clandestinos de detención, familiares de víctimas y expertos en derechos humanos. Sus testimonios fueron fundamentales para reconstruir los hechos y responsabilidades de los crímenes cometidos durante la dictadura militar.
El fiscal a cargo fue Julio César Strassera, quien durante el cierre de los mismos pronunció su alegato que culminó con la frase con las que se vincularía estos juicios para siempre y que concluiría con el aplauso de los presentes: «Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ‘Nunca Más'».
Con su adjunto, Luis Gabriel Moreno Ocampo, Strassera presentó un extenso informe basado en el trabajo de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), conocido como «Nunca Más», en el cual se detallaban los crímenes de lesa humanidad cometidos y serviría como base probatoria para el juicio.
La sentencia y sus repercusiones
La Cámara Federal finalmente dictó sentencia por 709 casos y condenó a varios de los líderes militares. Jorge Rafael Videla y Emilio Massera fueron condenados a reclusión perpetua, mientras que otros recibieron penas menores.
La sentencia fue leída por León Arslanian y se transmitió por cadena nacional, algo que supuso un momento histórico en la lucha por la justicia en Argentina. A pesar de esta importante victoria, pronto llegarían otros desafíos como los alzamientos de los carapintadas, así como las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que garantizaron la impunidad de muchos responsables de crímenes de lesa humanidad.
La lucha de los organismos de derechos humanos y el impulso del gobierno de Néstor Kirchner lograrían más tarde la derogación de estas leyes y el inicio de un proceso de memoria, verdad y justicia en el país.
Fuente: Urgente24