El juez de garantías David Mancinelli, quien intervino en primera instancia en la investigación por el crimen de Fernando Báez Sosa, recordó el momento en el cual asumió el caso e hizo hincapié en la importancia de la empatía en este tipo de causas.
El juez de Garantías, David Mancinelli, quien decidió mantener en la cárcel a los rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa, habló a horas de que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores dicte el veredicto para los ocho imputados.
«Fernando era un hijo cariñoso, un compañero leal, un novio fiel, comprometido con tareas sociales. Silvino y Graciela criaron a un ser humano hermoso. No fue el justo el final que tuvo, no merecía ese martirio», señaló el magistrado al recordar al joven estudiante de abogacía asesinado.
El 14 de febrero de 2020, menos de un mes después del homicidio, Mancinelli avaló la solicitud de la fiscal Verónica Zamboni, quien había pedido que los sospechosos permanezcan tras las rejas. «La gente vio en Fernando a sus hijos, a sus hermanos. La sociedad ya no tolera la violencia, la prepotencia. Fernando fue abrazado como un símbolo de paz», consideró sobre la gran trascendencia que había tomado el hecho.
En su escrito, el juez sumó en esa ocasión el agravante de la alevosía a la calificación de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas. “Extrema violencia desplegada y desprecio por la vida humana”, precisó en su presentación.
«Con el correr de los días aparecieron pruebas en video, algo que años atrás no se podía obtener en la investigación de un delito. Este delito está todo grabado. Aparece la señal que hace Thomsen con su cuello, con una amenaza de muerte, los mensajes posteriores que tienen, si se quiere, cierta perversión», explicó Mancinelli a Infobae.
En esa misma línea, agregó: «Eso no implica que el caso sea distinto para un juez y para un juzgado. Hay víctimas, hay sufrimiento de las familias, hay familiares de los detenidos sufriendo. Cada caso tiene que ser tratado con la vara, la misma dedicación. Es fundamental que cada juez tome cada causa con empatía. Sin empatía no se puede analizar. El dolor tiene que ser sagrado para la Justicia. No se puede resolver sin entender que atrás de un expediente, de un número, hay una persona que vive el peor momento de su vida».
Sobre el momento en el que asumió el caso, recordó que aquel 18 de enero del 2020, recibió un llamo del fiscal de turno, quien estuvo al frente del expediente durante las primeras horas de la investigación, Walter Mércuri. Inmediatamente, se ordenó allanar una casa donde se alojaban diez jóvenes que aparentemente habían asesinado a un chico en la puerta de Le Brique.
«Presumí cuando recibí el llamado a las 7 AM que el caso iba a generar conmoción. Eran chicos atacando en patota a una sola persona en un lugar donde debía haber diversión. Con el correr de las horas empezamos a obtener información sobre la víctima», precisó.
Por otro lado, insistió con la importancia de tener empatía con las familias en este tipo de causas.
«Antes de venir a Villa Gesell les había enviado un mensaje muy lindo a sus papás, les había dicho que se queden tranquilos, conocimos el trabajo social que hacía, su beca en el colegio que había obtenido. Supimos de Silvino y Graciela, los padres, que habían venido de Paraguay, la cultura de la inmigración argentina, que vienen con esfuerzo, con sueños, a trabajar en el país. Cuando supe eso, entendí que el caso iba a ser conmovedor«, indicó.
Un día antes de que se decidiera la prisión preventiva, los imputados comparecieron ante él en su despacho en el Juzgado 6 de Villa Gesell. En esa oportunidad, Máximo Thomsen fue el único en llorar, mientras que Blas Cinalli, el único en hablar, dijo en esa ocasión: “No quisimos matarlo”.
Mancinelli, un magistrado de 40 años, oriundo de La Plata, titular de su juzgado hace cinco años, y reconocido en el ambiente judicial por una aplicación de la ley tan rigurosa como humana, se negó a aceptar las nulidades planteadas por la defensa de los acusados a cargo del abogado Hugo Tomei, que atacó las ruedas de reconocimiento y habló de detenciones ilegales, defectos y fallas en el debido proceso.
Sobre el sobreseimiento de Pablo Ventura en la causa, manifestó que «en ese momento existían razones más que suficientes para creer que podría haber participado en el hecho, los propios imputados lo mencionaron. Había razones para creer que podía profugarse, se investigaba un homicidio, pero la fiscalía obtuvo rápidamente evidencias que lo exoneraban, que aportó su familia».
Con información de Crónica.