Monseñor Vicente Bolakic y monseñor Enrique Martínez Ossola se pronunciaron sobre el tiempo de Cuaresma. Además, los líderes religiosos invitaron a todas las comunidades de la provincia a la veneración de Mama Antula.
El obispo de la Diócesis de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic, junto al obispo auxiliar de la misma, monseñor Enrique Martínez Ossola, se pronunciaron en un mensaje conjunto respecto de la significancia del tiempo de Cuaresma y la importancia de celebrar a nuestra querida beata santiagueña Mama Antula. El mensaje completo expresa lo siguiente: “Queridos hermanos y hermanas de la Diócesis, la paz de Jesús esté con todos ustedes. Con el mes de marzo se reinician muchas actividades en nuestras comunidades cristianas. Esperamos que hayan tenido un tiempo para descansar, renovando ánimos y fuerzas para este nuevo año pastoral.
Muchas comunidades están recibiendo nuevos párrocos que irán asumiendo en los próximos días. Esto implica un tiempo de reconocimiento y adaptación a nuevas realidades. Rogamos al Señor que puedan recibir al nuevo responsable pastoral con un corazón abierto para iniciar este camino juntos: es vivir en lo cotidiano este proceso Sinodal en el que está implicada toda la Iglesia en este tiempo.
Al inicio del año, nos encontramos con el tiempo de Cuaresma: tiempo favorable y tiempo de gracia para volver a lo esencial de nuestra fe, que es el encuentro con Jesús, nuestro hermano y Salvador. El papa Francisco nos envió un bello y sencillo mensaje para esta Cuaresma: ‘No nos cansemos de hacer el bien, porque si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo’. Inspirador mensaje para compartirlo y reflexionarlo en tiempo de Cuaresma. Nos orienta en todo el camino cuaresmal. No olvidemos vivir con intensidad la Jornada de Ayuno y Oración por la Paz este miércoles de Ceniza en todas las comunidades: Oremos juntos por la Paz.
En este inicio también nos encontramos con la fiesta de nuestra querida beata santiagueña: María Antonia de San José, o simplemente nuestra Mama Antula. Su fiesta es el lunes 7 de marzo. Mama Antula, mujer de su tiempo y de nuestro pueblo. Mujer de Fe que sintió un fuerte llamado del Señor en sus tiempos de juventud, mientras acompañaba a los padres jesuitas. Ante la expulsión de la Compañía de Jesús, siendo laica colaboradora de las actividades de los padres, asumió la organización y promoción de los Ejercicios Espirituales en nuestra región y los fue llevando a todos los rincones del Noroeste y después peregrinando a pie llegó a Córdoba y Buenos Aires. A partir de los Ejercicios desarrolló una inmensa actividad misionera, sembrando la fe y dando origen a varias comunidades en todos los lugares. Bien podemos decir, sentó las bases de las comunidades eclesiales.
Hoy estamos viviendo el tiempo Sinodal al que nos convocó el papa Francisco. Tiempo de mirar, de escuchar, de encontrarnos con los cercanos y con los que no participan ordinariamente en nuestras comunidades: pero nos une el mismo Señor, la misma fe, un mismo Bautismo que nos hace hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Los invitamos a que en cada comunidad se celebre el día 7 de marzo venerando a nuestra beata: sugerimos que en las comunidades hagamos un triduo de oración y reflexión en torno a la vida de Mama Antula. La fiesta diocesana, como lo hacemos siempre, será el domingo más cercano al día 7. Este año lo celebraremos en Silípica el domingo 13 de marzo. La comunidad de Silípica está realizando la novena patronal con distintas actividades que ya nos compartió el padre Tenti. Animemos a nuestra gente a participar ese domingo en Silípica.
Les deseamos a todos un tiempo de gracia, de encuentro, de revitalización de nuestras comunidades para servir con todos nuestros talentos en la vida de las comunidades.
Que María, Madre del Príncipe de la Paz y Madre de todos los pueblos nos acompañe y nos sostenga para que seamos testigos de la Buena Nueva del Evangelio de la Vida en todo tiempo y lugar».
Cabe señalar también que en el marco del tiempo de la Cuaresma, el papa Francisco pronunció: «La Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado. No nos cansemos de hacer el bien, porque si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad (kairós), hagamos el bien a todos (Ga 6,9-10a)», expresó el Sumo Pontífice haciendo referencia a un pasaje de las Santas Escrituras.