Los ultrajes se habrían producido cuando la menor tenía entre 8 y 10 años. El agresor la amenazaba para mantenerla en silencio.

 “Mami, más de lo que ya me ha pasado no me va a pasar”, fue la revelación que una adolescente de 14 años le realizó a su madre. El agresor es un verdulero de 48 años, residente en el barrio General Paz. La causa está caratulada como abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo. 
La denuncia fue realizada a fines de enero del corriente año, en la sede de la Comisaría Primera del Menor y la Familia de Capital, por la madre de la adolescente, una comerciante de 32 años. 
Según se conoció, la denunciante y el verdulero habrían mantenido una relación que se extendió por el lapso de 5 años y fruto de la convivencia que mantuvieron nació un hijo, quien actualmente tiene 4 años. La trabajadora, quien tiene en total cuatro hijos de 15, 14, 8 y 4 años reveló que el caso salió a la luz a fines de enero. 
La mujer le habría enviado un mensaje a su hija adolescente, que se encontraba en una reunión de amigos, que regresara temprano a la casa. Además, le recomendó que se cuidara y que tomara los recaudos correspondientes para evitar cualquier hecho lamentable. A la vez le ordenaba que regresara. 
En ese momento, la menor decidió responderle a su madre con un mensaje de WhatsApp abrumador: “Mami, más de lo que ya me ha pasado no me va a pasar”. Por lo que la comerciante comenzó a cuestionarle “qué había sucedido”. 
La damnificada —quien habría intentado suicidarse en dos oportunidades realizándose cortes en los brazos con un trozo de vidrio— le reveló: “Para tu información, tu maridito. Tu esposo que tenía y que tanto nos decías que teníamos que respetar y quererlo, abusó de mí”.
La comerciante y el verdulero se habían separado hacía aproximadamente un año y cuatro meses, luego que el agresor le advirtiera que “tenía un arma de fuego con la que la iba a asesinar”. Mientras le exigía que “corriera de la casa a la hija mayor de la mujer y la obligaba a la denunciante a mantener relaciones sexuales con él”. 
De inmediato, la menor tomó un remís y regresó a su vivienda, donde le contó a su madre los pormenores de los ataques sexuales que sufrió. Habría sido sorprendida por el depravado, quien para “comprar su silencio” le hacía regalos costos y cumplía con todos sus deseos, en su habitación éste la abusó sexualmente. Los ataques sexuales se habrían producido cuando la denunciante se ausentaba del hogar por cuestiones de trabajo o en las noches, cuando la familia dormía. 
Tras la denuncia de la madre de la víctima, la menor fue sometida a una Cámara Gesell y fue examinada por el médico forense. Los profesionales constataron los abusos sexuales que sufrió en manos del pervertido; por lo que la Unidad Fiscal de Abusos Sexuales de la Capital solicitó la inmediata detención del sujeto. 
La Policía inició las averiguaciones pertinentes, con el fin de dar con el paradero del verdulero, quien se encuentra prófugo de la Justicia. Mientras que la adolescente y su familia comenzaron a recibir la contención psicológica correspondiente para afrontar la situación.