Rusia y Ucrania reanudaron las negociaciones para alcanzar la paz, empañadas por un supuesto ataque ucraniano contra un depósito de combustible en territorio ruso, que Kiev niega, y un nuevo intento fallido de evacuar la asediada ciudad de Mariupol.
Rusia y Ucrania reanudaron las negociaciones para alcanzar la paz, empañadas por un supuesto ataque ucraniano contra un depósito de combustible en territorio ruso, que Kiev niega, y un nuevo intento fallido de evacuar la asediada ciudad de Mariupol.
Pese a la continuidad de los combates, el esfuerzo diplomático de poner fin al conflicto persiste y las conversaciones se reanudaron por videoconferencia.
Negociaciones
El canciller ruso, Serguei Lavrov, aseguró que se observan progresos en el diálogo sobre el estatus neutral de Ucrania, incluyendo un acercamiento de posturas con respecto a la situación de las regiones separatistas rusoparlantes del Donbass.
«Estos acuerdos deben ser completados (…), y hay cierto progreso admitiendo la imposibilidad de que Ucrania forme parte de cualquier bloque», aseguró el jefe de la diplomacia rusa durante su visita oficial a la India, un país que mantiene un perfil de neutralidad desde el comienzo del conflicto.
Las negociaciones se reiniciaron tres días después del primer acercamiento de posturas entre las partes en conflicto durante la reunión celebrada en Estambul.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, le dijo a su par de Rusia, Vladímir Putin, que aspira a sumarlo a un encuentro con el mandatario de Ucrania, Volodimir Zelenski, como parte de sus gestiones para poner fin a la guerra.
En el terreno, la situación está lejos de apaciguarse: Rusia denunció un nuevo ataque ucraniano sobre su ciudad de Belgorod, que se suma al ocurrido horas antes sobre unos depósitos de petróleo de la localidad, mientras que fuentes del Ministerio de Defensa en Kiev negaron toda implicación y atribuyeron las detonaciones a un «descuido» de las fuerzas rusas.
«Sospechamos que las explosiones de Belgorod se produjeron o bien por un descuido o para ocultar la corrupción de alguien», indicaron fuentes del Ministerio de Defensa de Ucrania, bajo condición de anonimato, al portal de noticias local Segodnya.
El gobernador regional de esa ciudad, Viacheslav Gladkov, había acusado al Ejército de Ucrania de atacar una serie de depósitos de petróleo en la localidad, situada cerca de la frontera entre ambos países, antes de agregar que el hecho no provocó víctimas fatales.
En tanto, Mariupol, un estratégico puerto sobre el mar de Azov, sigue aguardando el desenlace de complejas negociaciones para abrir un corredor humanitario por el cual evacuar a decenas de miles de civiles que viven en condiciones deplorables.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que inicialmente consideraba iniciar el operativo, indicó luego que su equipo no consiguió llegar a la ciudad ni «facilitar un paso seguro» para los civiles, pero que volverá a intentarlo este domingo, consignó la agencia de noticias AFP.
«Hay muchas partes en acción y no están resueltos todos los detalles para estar seguros de que esto tendrá lugar con la seguridad adecuada», explicó previamente la entidad.
Los combates
La ciudad quedó reducida a escombros. Solo allí fallecieron 5.000 personas, según las autoridades ucranianas, y decenas de miles de civiles están escondidos en sótanos, sin apenas luz, comida, agua o medicamentos.
Rusia anunció a inicios de esta semana que reduciría sus operaciones en torno a la capital Kiev y a la ciudad norteña de Chernígov para centrarse en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este.
Expertos militares aseguran que Moscú, ante la resistencia ucraniana, busca ahora establecer su control en la franja costera sur que va desde la península de Crimea -anexionada en 2014- hasta las dos regiones del Donbass.
En el terreno, las fuerzas armadas ucranianas dijeron haber liberado 11 localidades en la región sureña de Jerson. Dos personas murieron y otras dos resultaron heridas en bombardeos rusos, dijo el gobernador regional.
Por decisión propia las fuerzas rusas dejaron la antigua planta nuclear de Chernobil, que habían ocupado el primer día de la invasión el 24 de febrero último, y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) visitará «cuanto antes» la central para conocer sus condiciones.
Así lo explicó el director de la agencia, el argentino Rafael Grossi, que igualmente adelantó que la situación radioactiva es «bastante normal», según lo dialogado con las autoridades que visitó en Ucrania y Rusia.
La Presidencia ucraniana informó, por otro lado, haber obtenido la liberación de 86 de sus militares capturados por Rusia, en un canje por militares rusos cuyo número no fue precisado.
La Unesco informó que, desde el inicio de la invasión, 53 sitios culturales ucranianos resultaron dañados. En la lista figuran 29 de carácter religioso, 16 edificios históricos, cuatro museos y cuatro monumentos.
A medida que continúan los bombardeos, también siguen las represalias entre Moscú y las potencias occidentales.
Desde rige el decreto presidencial que obliga a los compradores del gas ruso a pagar los suministros en rublos, una medida que apunta contra los países que el Kremlin considera «hostiles», como los de la Unión Europea (UE).
«El decreto no es retroactivo», dijo el portavoz del gobierno ruso, Dmitri Peskov, al aclarar que los envíos actuales se abonan a mitad de mes o principios de mayo, por lo que descartó cualquier corte antes de esa fecha.
La invasión en Ucrania elevó el precio de los hidrocarburos y, ante esto, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció el jueves la liberación de un millón de barriles de crudo por día de sus reservas estratégicas durante seis meses para bajar la cotización.
El mandatario aseguró que son «más de 30 países» los que seguirán a Washington en esta medida para mitigar los precios que ya están pagando consumidores y empresas.
La inflación interanual en la Eurozona (los países que utilizan el euro como moneda) marcó un nuevo récord en marzo al ubicarse en 7,5%, casi dos puntos por encima del mes anterior, en un mes donde impactaron de lleno las disrupciones en el mercado energético y alimenticio por la guerra, según los datos oficiales preliminares publicados este viernes.
En este marco, los principales dirigentes de la UE instaron a China a que abandone su postura ambigua con Rusia y «ayude a parar la guerra», pero el presidente Xi Jinping no modificó su posición e instó al bloque europeo a «hablar más» para «dotar de estabilidad a un mundo volátil».