Científicos argentinos participaron de un artículo sobre Covid junto a expertos de 112 países

Científicos argentinos participaron de un artículo sobre Covid junto a expertos de 112 países

Los coautores de un trabajo que reunió a 386 especialistas, son Jorge Aliaga, Andrea Pineda Rojas, Daniel Feierstein, Rodrigo Quiroga y Daniel Maceira

   

Los investigadores argentinos del Conicet Jorge Aliaga, Andrea Pineda Rojas, Daniel Feierstein, Rodrigo Quiroga y Daniel Maceira son coautores del artículo con las conclusiones del «Consenso Delphi multinacional para acabar con la amenaza a la salud pública de la Covid-19», un trabajo que reunió a 386 expertos de 112 países que elaboraron 57 recomendaciones y 41 declaraciones que publicó la revista británica Nature.

El trabajo es el resultado de un largo proceso de debate sobre seis ejes: prevención, comunicación, tratamientos, inequidad, sistemas de salud y vacunación.

«Un grupo de 40 investigadores encabezados por Jeffrey Lazarus convocaron un panel de 386 médicos, expertos en salud pública y científicos de 112 países, que recibió enunciados y recomendaciones sobre los que había que manifestar nivel de acuerdo, realizar comentarios y correcciones que servían para reformular; así en varias rondas hasta lograr el consenso», dijo Pineda Rojas, del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA).

Covid y el sistema de salud

Mediante esta metodología, se llegó a 41 declaraciones de consenso y 57 recomendaciones para gobiernos, sistemas de salud, industrias y otros sectores.

La recomendación que más consenso tuvo fue que «la preparación para pandemias y la planificación de la respuesta deben adoptar un enfoque de ‘toda la sociedad’ que incluya múltiples disciplinas, sectores y actores (empresarial, sociedad civil, ingeniería, comunidades religiosas, modelos matemáticos, militares, medios, psicología)».

En la misma línea, la recomendación que quedó octava en nivel de consenso sostuvo que «la planificación y estrategias de respuesta deben adoptar un enfoque unificado (por ejemplo coordinación multiministerial) para revisar y abordar la resiliencia de los sistemas de salud».

«Esto que parece una obviedad es importantísimo; no puede volver a sucedernos que se entienda que éste es un problema sanitario y sólo se involucre a los ministerio de salud en la respuesta», indicó Aliaga, físico y secretario de Planeamiento y Evaluación Institucional de la Universidad Nacional de Hurlingham, durante una presentación virtual de las conclusiones a periodistas científicos.

Dentro de estas diez recomendaciones que más consenso tuvieron, tres están vinculadas a la comunicación: una postula que «líderes comunitarios, científicos y autoridades de salud pública deben colaborar para desarrollar mensajes que mejoren la confianza individual y comunitaria»; la otra que «las autoridades de salud pública deben asociarse con personas y organizaciones que sean confiables en sus comunidades para proporcionar información precisa y oportuna».

La tercera es que se debe combatir de manera «anticipada y proactiva» la desinformación e información falsa.

Respecto a la prevención, enfatizaron que todos los países deben optar por un enfoque de ‘vacuna plus’. «Esto significa que las medidas de prevención no pueden basarse exclusivamente en las vacunas, sino que tiene que ser una combinación entre vacunas, medidas de prevención y apoyos económicos», detalló Quiroga, bioinformático de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Además, destacó que entre las diez recomendaciones más consensuadas está que «el financiamiento gubernamental e industrial debe enfocarse en el desarrollo de vacunas que proporcionen protección de larga duración contra las diversas variantes; esto es muy importante ya que en la actualidad la inversión en investigación de vacunas de segunda generación cayó muchísimo».

También figura «promover la colaboración multisectorial para acelerar el desarrollo de nuevas terapias para todas las etapas de la Covid-19 (pacientes ambulatorios, hospitalización y Covid prolongado).

«En lo personal me parece importantísimo que una revista como Nature hoy publique un artículo como éste porque lo que vemos, sobre todo en el mundo occidental, es que hay una postura de que ‘la pandemia terminó’ cuando no es así», indicó Feierstein, profesor titular de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de Tres de Febrero, donde dirige el Centro de Estudios sobre Genocidio (CEG-Untref).

Y continuó: «Esta postura implica no sólo negar que todavía estamos en pandemia, sino que no hay que hablar más del tema, que no hay nada que aprender y en todo caso hay desaprendizajes porque lo que aparece como conclusión en muchos lugares es que el mayor error es que ‘estuvimos encerrados innecesariamente’ o que se ‘perdieron clases'».

«Que en este contexto Nature publique un artículo no sé si lograra enfrentar esto que en términos de construcción de relato colectivo tiende a caracterizarse como pacto negativo, que es cuando todos decidimos sin explicitarlo que hay algo de lo que no hablamos más, pero al menos lo pone nuevamente en foco».

Vinculadas a la inequidad, recomendaron que «la preparación y respuesta a la pandemia deben abordar las inequidades pre-existentes, tantos sociales como de salud» y que «las organizaciones mundiales de comercio y salud deben coordinar la transferencia de tecnologías que permita a los fabricantes en los países de ingresos bajos y medios desarrollar vacunas, análisis diagnósticos, terapias, de calidad y a precios accesibles».

Feierstein destacó las recomendaciones en materia de comunicación y los cuestionamientos en relación a la equidad, recordando que «el mundo sigue sin plantear el tema de las patentes de las vacunas, y se sigue priorizando la ganancia sobre las políticas de salud tanto del sistema de atención como de vacunación».

Por su parte, Pineda Rojas destacó que «la importancia de las recomendaciones es que trascienden la Covid; de hecho, hemos aprendido que la mayoría de las enfermedades respiratorias se transmiten por el aire, entonces hay medidas como la ventilación o el filtrado del aire que sirven para muchas de ellas y no afectan el desarrollo de actividades».

«Sin embargo, muchas personas siguen sin darle importancia; sin ir más lejos en las guardias de enfermedades respiratorias esperan sin barbijo; esto es algo que deberíamos haber aprendido y no se logró», añadió.

Finalmente, Quiroga sostuvo que «si bien las recomendaciones y consensos pueden parecer obvias y son cuestiones de las que hemos hablado muchísimo en estos tres años, lo contundente es que somos 386 expertos de todo el mundo que decimos que hay cosas que se podrían hacer mejor hoy y que una planificación a mediano y largo plazo nos va a garantizar una mejor salud».

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