Fiscalía pidió prisión perpetua para los asesinos de Ricardo Peñaflor

Fiscalía pidió prisión perpetua para los asesinos de Ricardo Peñaflor

El productor rural tenía 60 años, fue maniatado con alambre, ejecutado de un tiro en la cabeza e incinerado en la caja de su camioneta, donde fue hallado luego.

   

Un llamado telefónico de su “amigo”, selló el destino de Ricardo Peñaflor. “Venía a casa, te voy a ceder la parte del campo”, le dijo Lindor Rodríguez. Fue emboscado, maniatado por cinco personas, trasladado hacia cercanías de Frías —departamento Choya—, donde fue ejecutado de un tiro e incinerado en la caja de su camioneta. Los homicidas son enjuiciados y la Fiscalía solicitó la condena máxima para ellos. 
Los cinco inculpados durante la investigación penal preparatoria que fue encabezada por los fiscales de la Circunscripción de Choya y Guasayán, Gustavo Montenegro y Alfonso Arce inició el 6 de agosto de 2019, cuando Dardo Peñaflor —hermano de la víctima— y su sobrino —hijo de Ricardo— se presentaron en la sede de la Comisaría Comunitaria Nº 23 de Frías para realizar un comparendo por la desaparición del trabajador rural oriundo de Colonia Achalco, que se encuentra en las cercanías, aunque en territorio catamarqueño, en el límite con Santiago del Estero. 
Según ocasionales testigos, ese martes, Peñaflor había salido junto a un amigo en su camioneta Ford F-100 blanca, dominio RSN510. Iban hacia la ciudad de Frías. Habrían realizado unas compras y luego regresaban. Ese momento, que fue divisado por testigos, Peñaflor estaba junto a su amigo y socio. Se trataba de Saúl Oscar Jerez, un productor agropecuario oriundo de Chañar Laguna, departamento La Paz, provincia de Catamarca. Peñaflor y Jerez eran socios y junto a un amigo, Lindor Alfredo Rodríguez, un policía retirado de aproximadamente unos 70 años —de Frías—, pretendían escriturar una propiedad en la que se dedicaban a la crianza de ganado menor y gallinas. 
Pero, presuntamente, Jerez y Rodríguez, junto a la esposa del expolicía, una docente identificada como Claudia Viviana Pereyra, residente en la ciudad de Frías, departamento Choya, tenían “otros planes”. Habrían contratado a dos sicarios. Se trata de los hermanos Jesús Osmar Pinto y Ramón Daniel Pinto, ambos con domicilio en el paraje Los Morteros, departamento El Alto, —Catamarca—. El intermediario entre la víctima y los homicidas fue un sujeto identificado como Miguel Nicolás Vega, residente en Frías. 
El fatídico día en que Peñaflor desapareció, según se desprende de la investigación realizada en primera instancia por el fiscal coordinador de Choya y Guasayán, Dr. Gustavo Montenegro y el fiscal Alfonso Arce, la víctima fatal —según se desliza de los testimonios escuchados durante las audiencias de juicio oral— habría recibido un llamado de Jerez, en el que le indicaba que “lo esperaba en su propiedad para firmar los papeles, donde le cedía aproximadamente el 20 por ciento de un campo”. Peñaflor y Jerez habrían mantenido diferencias desde hacía unas semanas por las tierras, por problemas que los animales que Rodríguez y Pereyra, tenían en un corral. 
Peñaflor habría llegado a la casa de Jerez, donde estaban Rodríguez, su esposa Pereyra y los hermanos Pinto. Fue inmovilizado en el comedor de la propiedad y luego, fue maniatado con alambre. Fue trasladado en su rodado y luego, a unos escasos kilómetros de Frías, lo obligaron a bajar del rodado. Lo hicieron arrodillar y, según la investigación de la Fiscalía, Rodríguez tomó un arma de fuego y le disparó. Lo ejecutó de un tiro en la nuca. Peñaflor estaba agonizando malherido, cuando lo cargaron en la caja de la camioneta y en una zona montuosa, en el paraje Brea Chimpana, a unos 10 kilómetros de Frías. Lo habrían rociado con un producto inflamable y luego le prendieron fuego. 
El cuerpo calcinado fue encontrado el 8 de agosto por una vecina de Brea Chimpana, departamento Choya. En horas del mediodía, la mujer caminaba por la vieja Ruta Nacional 157 —que circula en paralelo a la arteria nueva— y advirtió la presencia de una camioneta Ford F-100 totalmente incinerada. Al acercarse, comprobó que en la caja del vehículo había un cuerpo carbonizado. La mujer le comunicó del hecho a su tío, quien alertó a la Policía.
En ese momento, se iniciaron las pesquisas y la causa fue caratulada como homicidio calificado. Se logró detener al expolicía, a la docente, al productor agropecuario y a los presuntos sicarios que concretaron el “plan de los amigos de Peñaflor”. La Policía y la Fiscalía lograron recolectar una gran cantidad de evidencias en el caso.
Ayer, luego de un debate de aproximadamente tres horas y medias, donde la Fiscalía enumeró las evidencias recabadas en la investigación; además de las pruebas recolectadas y los testimonios escuchados en las audiencias de juicio, se pudo dilucidar la participación de cada uno de los detenidos en la causa compleja. 
En este marco, el Ministerio Público Fiscal solicitó que los detenidos sean condenados con prisión perpetua. Posteriormente, la audiencia pasó a un cuarto intermedio que se realizará el martes próximo donde la defensa realizará su alegato. Para luego conocer la sentencia del tribunal. 

 Crónica de una muerte horrenda

Ricardo Peñaflor el día que firmó un acuerdo con su amigo Saúl Jerez, también firmó su sentencia de muerte. La amistad y los negocios que juntos habían emprendido, terminaron quedando a un segundo plano, luego que se interpusiera entre ellos las diferencias económicas que mantenían. 
El principal enemigo del productor rural asesinado, era su “amigo” y “socio”, Saúl Jerez. Con este habría adquirido campos, pero al momento de realizar la mensura y escritura de los mismos, se negaba a ceder a Peñaflor las hectáreas que le correspondía. 
Jerez, a su vez, mantenía una estrecha relación con Lindor Rodríguez y su esposa, Claudia Pereyra. Al punto tal, que después que el matrimonio se peleara con Peñaflor luego de que le ordenara que retirara el corral donde tenía caballos, chanchos y vacunos de su campo por problemas que tenía con una vecina. La mujer le habría reclamado a la víctima que los chanchos de Rodríguez le comían sus gallinas. De ese modo, el matrimonio influenciaba en Jerez y en sus hijos, contra Peñaflor advirtiendo que “tuviera cuidado con él, ya que si aceptaba a ceder el campo luego se apropiaría del mismo”. 
Por otro, Rodríguez habría manifestado un mes antes del crimen de Peñaflor que “si no lo denunciaba lo asesinaba”. Mientras lo acusaba de haberle robado dos animales vacunos. 
Por su parte, Peñaflor también mantenía diferencias con los hermanos Jesús Osmar Pinto y Ramón Daniel Pinto; quienes son familiares de Pedro Pinto quien fue asesinado en una emboscada. Pedro Pinto era amigo de Peñaflor, a quien le proveía de carne; por lo que sostenían que el asesinado habría participado en el crimen de Pedro y de su hijo. Por este doble crimen hay un sujeto de apellido Segura —oriundo de Catamarca— condenado. 

Advertencia

“Si no lo denuncio, te juro que lo voy a matar”, había advertido uno de los detenidos a un familiar de Ricardo Peñaflor, al tiempo que lo acusaba de “haberle robado dos animales vacunos desde su propiedad”. El acusado de la dura amenaza, sería el expolicía Lindor Rodríguez quien está sindicado de ser el autor de la ejecución del peón rural. 

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