Uganda declara el fin del brote del virus del Ébola, un éxito de la cooperación

La tasa de letalidad de este brote ha sido del 47% pero, gracias a la colaboración de las comunidades afectadas, las autoridades y la agencia sanitaria de la ONU, se ha logrado detener su propagación incluso antes de los previsto.

   

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado por terminado de manera oficial este miércoles el último brote del mortal virus del Ébola surgido en Uganda.

Las infecciones se habían producido en las principales ciudades de Kampala y Jinja, alimentando la preocupación de que la enfermedad pudiera extenderse hasta bien entrado 2023. En 2019, Uganda sufrió un brote de la cepa Zaire del Ébola.

Tras dar a conocer la buena nueva, el director de la agencia sanitaria de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, felicitó a las autoridades por su «sólida» respuesta al brote, apenas cuatro meses después de que se confirmara el primer caso del virus del Ébola, provocado esta vez por la cepa del ébolavirus de Sudán, en el distrito central de Mubende.

«Uganda ha demostrado que se puede vencer al ébola cuando todo el sistema trabaja en conjunto y cuando se dispone de todo lo necesario: desde un mecanismo de alerta hasta uno de búsqueda y atención de las personas afectadas y sus contactos, pasando por la plena participación en la respuesta (al brote) de las comunidades afectadas», dijoTedros.

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En total, 55 personas murieron y 87 se recuperaron en el último brote, según la Organización Mundial de la Salud. Su director regional para África, el doctor Matshidiso Moeti, señaló que aún no existen vacunas para tratar la cepa sudanesa.

«Este ha sido uno de los brotes de ébola más difíciles de los últimos cinco años», explicó Moeti, que destacó que afortunadamente «Uganda mantuvo y afinó continuamente su respuesta”.

«Hace dos meses, parecía que el ébola proyectaría una oscura sombra sobre el país hasta bien entrado 2023 (…) pero esta victoria inicia el año con una nota de gran esperanza para África».

Una receta de oro: el compromiso de la comunidad   
El virus se transmite a las personas a través de animales salvajes y puede contagiarse por contacto directo con la sangre u otros fluidos corporales de personas infectadas. Los síntomas del ébola -anteriormente conocido como fiebre hemorrágica del ébola- incluyen fiebre y vómitos, acompañados de hemorragias internas y externas.

Para detener la transmisión del virus en esta ocasión, la OMS trabajó con los equipos sanitarios nacionales para explicar la amenaza a las poblaciones de riesgo y la necesidad de restringir la circulación en los focos de infección de Mubende y Kasanda.

«Mientras que hemos ampliado nuestros esfuerzos para poner en marcha una respuesta contundente en los nueve distritos afectados, la receta mágica han sido nuestras comunidades, que comprendieron la importancia de hacer lo necesario para acabar con el brote y pasaron a la acción», comentó la doctora Jane Ruth Aceng Acero, ministra de Salud de Uganda. 

La OMS también ayudó a rastrear a más de 4000 personas que estuvieron en contacto con personas infectadas por el virus. Una vez identificados, estos contactos fueron vigilados durante 21 días, antes de darlos de alta. 

El último paciente fue dado de alta el 30 de noviembre, cuando comenzó la cuenta atrás de 42 días para el final del brote, según la OMS, que señaló que la tasa de letalidad de este brote era del 47%. 

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La organización sanitaria de la ONU aportó casi 6,5 millones de dólares suizos para la respuesta inicial y otros tres millones para apoyar la preparación en seis países vecinos.   

El apoyo práctico de la OMS incluyó el despliegue de expertos, la formación en la localización de contactos, la realización de pruebas y la atención a los pacientes, así como la construcción de centros de aislamiento y tratamiento, y el suministro de kits de pruebas de laboratorio.  

Gracias a estos esfuerzos conjuntos, «el tiempo de procesamiento de las muestras de ébola se redujo de varios días a seis horas», indicó la Organización Mundial de la Salud, que añadió que había ayudado a proteger a los trabajadores sanitarios de primera línea poniendo a su disposición un suministro constante de equipos de protección personal. 

Preparados para el próximo brote
La OMS también incluyó la colaboración con socios como desarrolladores de vacunas, investigadores, donantes y autoridades sanitarias ugandesas, para identificar terapias y vacunas candidatas para su inclusión en los ensayos.  

Se identificaron tres vacunas de prueba y más de 5000 dosis llegaron a Uganda en un tiempo récord el mes pasado, 79 días después de que se declarara el brote. 

Aunque esta vez no se desplegaron vacunas, la agencia de la ONU insistió en que la rápida respuesta a la amenaza sanitaria «marca la capacidad mundial para responder a brotes de rápida evolución y evitar que se hagan mayores».

El virus del Ébola sudanés es una de las seis cepas de la enfermedad para las que no existen terapias ni vacunas aprobadas. Para contrarrestar esta desventaja, la OMS explicó que Uganda había podido utilizar su larga experiencia en la respuesta a epidemias y «reforzar rápidamente las áreas críticas de la respuesta».

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